Cine, Tv y Teatro

XIV Festival de Cine Español de Málaga

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“El festival va de capa caída, noto muchas ausencias, no progresa. Hay poca gente importante”. Así de claro se mostraba el presidente del jurado, Vicente Aranda, tras conocerse el palmarés de este año. Es prácticamente unánime la opinión que califica de discreto el nivel de las películas presentadas a concurso –desde aquí no podemos ser justos ya que únicamente hemos tenido la oportunidad de asistir a tres largometrajes dentro de la Sección Oficial-. La cosa parece que mejora si nos fijamos en otros apartados como Territorio Latinoamericano, ZonaZine o los documentales proyectados en el Teatro Echegaray, probablemente el emplazamiento que más alegrías ha repartido a lo largo de esta decimocuarta edición del Festival de Cine Español de Málaga.

Por otro lado, la gente ha respondido: se han alcanzado los 43.400 espectadores frente a los 36.800 de 2010, un aumento que se ha dejado notar con más fuerza en Documentales, La cosecha del año y Encuentros con el público, por donde han pasado Santiago Segura, Maribel Verdú, Boris Izaguirre y Luis Tosar, que recibió el premio Málaga SUR. Otros homenajeados han sido José Luis Borau, Isaki Lacuesta o el director de fotografía José Luis Alcaine.

Sección Oficial Largometrajes

enfueradejuegoPoco donde rascar en las tres películas que pudimos ver dentro de la Sección Oficial. En fuera de juego (David Marqués), con Diego Peretti y Fernando Tejero a la cabeza del reparto, no sale de los patrones que felizmente establecieron comedias como Días de fútbol o El otro lado de la cama y que tan pobres fotocopias ha tenido en los últimos años –Una hora más en Canarias y Que se mueran los feos, que se pasearon por Málaga la temporada pasada, son dos ejemplos-. Las apariciones de varios personajes ligados a la actualidad futbolística –desde Casillas a Palermo, pasando por los impresentables de José Ramón de la Morena y Manolete– no consiguen levantar ni por asomo una historia que termina ahogándose en los clichés de siempre pero que, de la misma forma, obtuvo una ovación de lujo al finalizar la proyección destinada al público.

Arriya (Alberto Gorritiberea) y El hombre de las mariposas (Maxi Valero) se nos muestran con distinto envoltorio pero terminan cayendo en lo obvio. Sin embargo, es justo resaltar los premios conseguidos por la primera –banda sonora, fotografía, vestuario y mejor actriz para Begoña Maestre– y el notable papel de Lluís Soler en la segunda.

Territorio Latinoamericano y ZonaZine

lasombradelsolLa sombra del sol, de David Blanco, cuenta la relación de amistad que surge entre Claudio, un indigente disminuido psíquico que llega en autobús a Barcelona, y Pelé, un ex hippie de avanzada edad que vive en la calle. “Quería relatar una historia crítica con la situación en la calle» -comentó el director-, «que emanara del interior de cada uno de los personajes”. Y no sólo consigue su propósito, sino que lo hace de forma simpática y, a ratos, emotiva. La enésima prueba de ese pequeño cine que puede traernos sonrisas y lágrimas, todo en uno, de forma inesperada.

La vigilia (Augusto Tamayo San Román) cuenta con un comienzo esperanzador -se nos viene a la cabeza cosas como Funny games o la reciente Secuestrados– que lamentablemente cae en una espiral de vulgaridad, en donde mantener el interés es poco menos que extenuante para el espectador.

Párrafo aparte merece El artificio (José Enrique March). La rueda de prensa que precedió a la proyección hacía presagiar buenos momentos: se hizo hincapié en la necesidad de hacer buenas películas y en la ilusión que pusieron en el proyecto los integrantes de un equipo que cuenta con Enrique Belloch a la cabeza. El film, que parece querer demostrar en cada plano todo el conocimiento de encuadres, cortinillas y filtros que poseen director y técnicos varios, se sitúa entre lo más mediocre que hemos visto durante esta semana en Málaga; hora y media en donde los actores, especialmente María José Perís, parecen estar representando los ensayos de una bombástica e insufrible obra de teatro. Todo ello combinado con unos diálogos que por momentos llegan a sonrojar -ojo al que sostienen el joven médico y una de sus chicas en la cama- y una historia que intenta acercar los labios a trabajos de John Cassavetes -especialmente Noche de estreno– o Mankiewicz, al que citan dos o tres veces sin atisbo de vergüenza alguna. Todo un despropósito.

Documentales

santiago_carrillo_queridisimos_intelectualesEn la sección más interesante del festival la triunfadora fue Circo (Aaron Shock), que relata la vida familiar en uno de ellos y en donde los geniales Calexico seducen en la banda sonora. En Un cine como tú en un país como este –que esta semana hemos degustado de nuevo gracias a La 2-, Chema de la Peña se sumerge de forma inmejorable en los complicados inicios de Colomo, Trueba, Resines, Uribe o Carmen Maura. Por otro lado, Carlos Cañeque nos proporcionó uno de los ratos más agradecidos de la semana gracias a Querídimos intelectuales (del placer y el dolor), “una cadena de monodiálogos” sobre la ironía, el sexo, el sufrimiento, la vida, la muerte y algunas cosas más. Para ello juntó a diez intelectuales españoles que van desde Santiago Carrillo a Fernando Savater pasando por Antonio Soler o Nuria Amat.

La crisis económica es tratada de forma convencional y previsible en La broma infinita (David Muñoz). Tampoco resulta muy acertado el boceto de David Rubín en Radiografía de un autor de tebeos (Marcos Niné). En la orilla opuesta nos encontraríamos con Liniers, el trazo simple de las cosas (Franca González Serra), excelente trabajo sobre el no menos genial dibujante argentino creador, entre otros, de la tira cómica Macanudo.

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Día Sitges

Una de las novedades de esta última edición. Se trata de un acuerdo con el Festival de Sitges por el cual se “pone en liza la sinergia favorable entre ambos acontecimientos culturales”. Es decir, la noche del viernes estuvo dedicada a cintas representativas de la última edición de Sitges y en la próxima cita del festival catalán se programarán los títulos más significativos del festival de Málaga 2011. Por tanto, pudimos disfrutar en sesión continua -desde las seis de la tarde y hasta las dos y pico de la madrugada- de cuatro largometrajes con sus correspondientes cortos: Brutal relax, Get stuffed, El grifo y V.I.T.R.I.O.L.. Los primeros platos fueron los siguientes:

Atrocious (Fernando Barreda Luna). Rodada cámara-en-mano, podríamos definirla, para no complicarnos en demasía, como un cruce entre El proyecto de la Bruja de Blair, El exorcista y la floja Paranormal activity. Si bien es cierto que la fiesta tarda en comenzar –tal vez sobren paseos iniciáticos por el laberinto verde-, la cinta ofrece buenas dosis de tensión, una notable factura técnica y un epílogo que no suele dejar indiferente a nadie –excepto a aquellos que todo lo saben, claro está-.

Encontré al diablo (Kim Jee-woon). Historia de una amarga venganza con algún que otro momento memorable –tremendo el doble apuñalamiento en el taxi-. Supongo que, igual que a nosotros, también agradaría a un director como David Fincher, pese a su extenso metraje: algo de Seven podemos encontrar en el enfrentamiento entre el agente secreto y el psicópata Kyung-chul.

El último exorcismo (Daniel Stamm). Un atractivo falso documental en donde el reverendo Cotton Marcus (Patrick Fabian) accede a revelar los variopintos trucos que utiliza para realizar los exorcismos –incluidos espectaculares y escalofriantes efectos de sonido-. El problema llega cuando Iris (Iris Bahr) parece estar poseída realmente por el demonio Abalam…

Encuentros con el público

Luis Tosar, además de recibir el Premio Málaga SUR “por su exitosa trayectoria profesional” –y a pesar de su relativa juventud para este tipo de reconocimientos-, también participó en los llamados Encuentros con el público; una hora en el Auditorio del Museo Picasso frente a un centenar de seguidores con ganas de ver y escuchar al actor e incluso, los más osados, lanzar alguna pregunta. Atento, cordial y demostrando un saludable buen humor, Tosar abordó temas como la preparación de sus personajes –el inolvidable Malamadre, de Celda 211, está basado en un amigo suyo-, sus épocas más oscuras y, ¡cómo no!, la polémica Ley Sinde.

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