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Woodkid – The Golden Age
‘Sin batería, sin bajo y sin guitarras. Todo consiste en el uso del poder de la orquesta porque es la herramienta que me ayuda a expresar las emociones de la mejor manera’. Yoann Lemoine no ha dudado en echar mano de la Orquesta Nacional de Francia -y percusiones japonesas como el taiko- para dar forma a The Golden Age, su epopeya sonora. Para el francés no hay término medio: todo en su debut suena descaradamente épico y lógicamente se ha ganado haters y fans a partes iguales.
Su primer largo llega después de varios años trabajando como director de videoclips paraLana del Rey, Moby, Rihanna o Drake. Para el cantante, imagen y sonido son una sola cosa y la retroalimentación es crucial. Los planos slow motion, el uso del blanco y el negro, la épica y la mística, son algunos de los elementos fundamentales para entender la obra de Lemoine, como podemos comprobar en los magníficos videoclips de Iron y Run Boy Run (sin olvidar la influencia de su admirado Michel Gondry). Se ha tirado meses trabajando la parte visual para llevarla a los escenarios, y sus conciertos se han convertido en experiencias religiosas para muchos. Y digo religiosas porque Yoann es un creyente de pies a cabeza, algo que deja caer en cortes como Falling. Así que los que quieran exprimir al máximo esta experiencia tendrán que pasarse por alguno de sus espectáculos y comprobar si su propuesta crece aún más en directo. De momento, y con la parte visual que nos dejan sus videos, The Golden Age es uno de los trabajos más ambiciosos de lo que va de año. Conmover desde el segundo uno es el objetivo, y el francés va a muerte a por ello (por qué no intentarlo si sus compatriotas M83 han encontrado un filón por la vía de la épica).
La pieza más representativa de todas es Iron: sonido ‘gordo’, sintético y osado, apoyado en samples y percusiones primitivas. Después está su voz: lánguida, huidiza y perfecta para que este trabajo no se haga insoportable. Se nota que el de Lyon se he empapado bien de todos los músicos con los que ha trabajo y por eso esta megaobra suena firme. El ‘chico de madera’ ha invadido los terrenos del pop sinfónico con estas canciones incendiarias y, como canta en Iron, está preparado para la lucha.