I’m Trying To Break Your Heart (Sam Jones, 2002) es una película donde Wilco nos muestran el proceso de grabación del disco Yankee Hotel Foxtrot (Nonesuch, 2002). El comienzo es luminoso y jovial: asistimos a las sesiones de un grupo que, tras haber despachado tres álbumes más que notables, se siente con fuerzas y ganas para ascender algún que otro escalón más. Para ello no se refugian en esquemas de trabajos anteriores y miran hacia adelante intentando asimilar cualquier idea que les pueda surgir.
El primer contratiempo serio llega con casi todo el material ya grabado: el guitarrista Jay Bennett decide abandonar la banda. Las razones que le llevan a esta decisión son las constantes discusiones con Jeff Tweedy, al que acusa de querer tener un mayor protagonismo que sus compañeros. Una de estas disputas queda retratada en la cinta, concretamente en un torpe malentendido sobre el comienzo de la genial Heavy metal drummer. Tras dejar las cosas más o menos claras, vemos como Tweedy se dirige al baño para vomitar. “Es la medicación para las migrañas”, comenta con la cámara de testigo, “una noche me tuve que levantar treinta veces”.
Sin embargo, la amarga despedida de Bennett no sería la parte más oscura de esta historia. Y es que cuando entregan el disco terminado a Warner, ésta se niega a publicarlo al considerar que no tiene atractivo comercial. Le proponen algunos cambios, rehacer algunas partes. Tweedy y los suyos se niegan rotundamente. La banda, cada vez más desquiciada, sigue tocando en directo y presentando unos temas que el público corea gracias a copias que habían comenzado a circular de forma no oficial. “Al menos los de las primeras filas las cantaban”, apunta Tweedy. Por otro lado, el film también sirve para mostrarnos la gran expectación que se había creado ante el lanzamiento del nuevo álbum y lo bien que, pese a todo, funcionaba el grupo encima del escenario. Finalmente consiguen firmar un contrato con Nonesuch Records que, curiosamente, es una subsidiaria de AOL Time Warner.
Yankee Hotel Foxtrot, editado el 23 de abril de 2002, se convertiría en uno de los trabajos más laureados en la carrera del grupo. De hecho, gracias a él muchos comenzaron a señalarlos seriamente como una de las bandas más interesantes de comienzos de siglo. Por otro lado, las nuevas composiciones servían para ensanchar una brecha experimental que seguirían visitando con A Ghost Is Born (Nonesuch, 2004).
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