Tenemos nuevos vecinos ruidosos en el bloque. Tras los excelentes trabajos de los británicos IDLES o Shame, esta vez toca viajar a Estocolmo para conocer el primer álbum de Viagra Boys, Street Worms, la formación punk que, dentro de la nueva horanada, tal vez mejor ha logrado absorber todas las influencias del género en un solo trabajo, cualidad por otro intrínseca en gran parte de las formaciones nórdicas. Así, en sus retazos encontramos el nervio de Nine Inch Nails y los Stooges, aderezado con vigorosas dosis de The Fall (Shrim Shack)– no es casualidad que Mark E Smith sea una de las grandes influencias del también carismático vocalista, Sebastian Murphy- sin dejar atrás los Talking Heads (Slow learner), los Grinderman (Just like you) de Nick Cave o al Bowie más glam de los 70´s.
Producido por Daniel Fagerström (Skull Defekts, Chronic Heist) y Pelle Gunnerfeldt (Fireside, The Hives) Street Worms es un perfecto ejemplo de post-punk envuelto en alucinaciones y devaneos febriles que juegan en forma de parodia con los códigos de la virilidad. Así, encontramos la apertura con la hilarante y trepidante Down in the Basement, en la que un marido infiel busca emociones perversas -y de látex- en el sótano de otra persona. «¡No soy así! «¡No soy como esos otros chicos!» asegura cuando su mujer le descubre «¡Estaba intentando algo nuevo!». El álbum juega, en toda su extensión, en clave de hipermasculinidad, en el que un snob cavila crítico sobre su entorno del cual él también forma parte, a su pesar, derivando ya, hacia el final del álbum, a la reflexiva Worms, tal vez el ocaso de un sueño macabro, y en el que describe- tal vez demasiado literalmente- cómo todos, demos las vueltas que demos, llegaremos al mismo final del trayecto.
