La agencia Reuters afirma que sólo dos personas asistieron a su estreno en Los Angeles.
La película, que explora los 111 años de historia de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), financiada por la propia organización, intenta mostrarla como una fuerza destinada al bien y al mismo tiempo con alusiones a la corrupción y la malversación de fondos, sin ahondar en ellas.
Sin embargo, el primer récord que ha conseguido la cinta ha sido convertirse en una de las peores valoradas de la historia, tanto en Rotten Tomatoes como en Metacritic, y con alabanzas tales como «excremento cinematográfico» (The Guardian) o «una de las películas indignas de visión de la memoria reciente» (The New York Times).
Precisamente la cinta se estrena en medio del escándalo por la detención de nueve dirigentes de la FIFA en Suiza por «organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero, entre otros» y «corrupción generalizada durante las dos últimas décadas», en relación a las adjudicaciones de sedes para la Copa Mundial y a los acuerdos de mercadotecnia y derechos de explotación televisiva.
