Twin Peaks, tercera temporada: primeras impresiones
La serie de David Lynch regresa 26 años después con el reparto original.
Esta nueva temporada es si cabe más Lynch que las dos anteriores, dado que el veterano director ha dirigido todos y cada uno de los 18 nuevos episodios que forman parte de la misma, hecho que no era habitual en las temporadas 1 y 2. Hoy en día la importancia de la serie es tal- la forma en la que creó un nuevo diálogo entre el espectador y la televisión- que existe amplio acuerdo en que sin ella otras como Expediente X, Lost, Los Soprano, Breaking Bad o, más recientemente, Mr. Robot o True Detective no hubieran surgido, al menos en el concepto y la forma con el que finalmente se hicieron. Musicalmente, se podría decir otro tanto de lo mismo, ya que sin la banda sonora de Angelo Badalamenti difícilmente escucharíamos hoy a Lana del Rey o Beach House, por citar sólo dos ejemplos.
Al mismo tiempo, el propio Lynch creó un mundo propio y pero también bebió del pasado: del corto Meshes of the Afternoon (1943) a clásicos del cine negro- que siempre merece la pena revisar- como Laura (1944) de Otto Premminger o Retorno al pasado (1947) de Jacques Tourneur, si bien el director también cita entre sus influencias Out 1, noli me tangere (1971) de Jacques Rivette o El hombre de mimbre (1973) de Robin Hardy.
¿Cuáles han sido las primeras impresiones de la secuela de Twin Peaks? Sería justo decir que son dispares, aunque no es algo nuevo tratándose de Lynch. Para Time «el show, cuyo poder derivó de las secuelas del trauma en una pequeña comunidad, ha optado por contar una historia que es más rara y más grande, tan grande, de hecho, que hasta ahora ha ahogado lo que hizo que Twin Peaks funcionara.» Para New York Post «es probable que las historias resulten demasiado confusas para los espectadores que nunca han visto la serie y no tienen tiempo para ponerse al día. Gran parte de los dos episodios eran lentos y las escenas, con un humor peculiar que Noah Hawley ha perfeccionado en Fargo, no eran lo suficientemente raras». Variety, sin embargo, ve luz después del túnel:«es extraña, espeluznante y lenta. Pero es interesante. La serie es en sí es muy obstinada – ni película, ni TV, rechazando la argumentación y las formas estándar. No es especialmente divertida de ver y puede ser bastante inquietante. Pero nunca tienes la sensación de estar viendo algo desprovisto de visión o intención…» Así, según Slate «Para aquellos que pueden sentirse cómodos con todos los imponderables del director, el hechizo de la serie pronto te atrapa. Tal vez no sea el Twin Peaks exactamente el espectáculo que cambió la televisión para siempre, demostrando hasta qué punto el medio podría llegar. En cambio, es el Twin Peaks con el que hemos crecido, para el que finalmente estamos preparados, donde quiera que nos lleve».