Travis (Barcelona, 12-06-07)
Os voy a ser sincero. Conocí a Travis a raíz de su segundo álbum, el gran The man who (Epic, 1999), cuando el britpop estaba en su máxima explosión a finales de los noventa. Grupos como Oasis, Blur u Ocean Colour Scene entre otras, estaban de moda y eran consideradas el mainstream más selecto. La banda escocesa Travis se formó a principios de los noventa, pero no fue hasta el 97 que consiguieran sacar su primer disco al mercado. Los componentes de la banda eran Andy Gunlop a la guitarra, Neil Primrose a la batería, Douglas Payne en el bajo y el líder Fran Healy como voz principal y guitarra.
Fran Healy, el showman de la noche.
Diez años después de la publicación de Good feeling (Epic, 1997) y con muchos conciertos a la espalda, Travis se acercaban a la ciudad condal para ofrecer una única actuación en la península. Era una noche especial. Fran ya nos lo comentó él mismo antes de finalizar el concierto. El Espacio Movistar sería desmontado y trasladado de sitio. Nos dijo: «Somos la última banda que tocará aquí, y ésta será la última canción que vais a oír en este sitio». Fue así como se despidió antes de entonar la canción que más disfruto la gente, Why does it always rain on me?.
Andy Gunlop
El comienzo del concierto fue muy grande. En primer lugar por la parafernalia inicial, muy espectacular, con cuatro luces de mano enfocando a los presentes mientras sonaban los créditos iniciales de la 20th Century Fox y el principio de la banda sonora de Rocky. Y es que Travis entraban al escenario desde el final de la sala, atravesando a todo el público hasta llegar al escenario. La llegada de los rockeros boxeadores (así fue como lo pensé en ese momento) significó una manera realmente distinta de empezar un show. El primer tema fue Selfish jean, de su último álbum, seguido de Eyes wide open. Este nuevo disco, titulado The boy with no name (Epic, 2007), resulta ser una buena colección de canciones pop muy bien elaboradas y cuidadas. Pero no solo escuchamos composiciones de éste, sino que en alrededor de hora y media tuvimos la suerte de poder escuchar unas dieciocho canciones que repasaron toda la discografía de Travis. Ese fue el caso de Writing to reach you (uno de los temas que más me gustan de ellos y por el que les descubrí). Sonó muy bien, y sobretodo hay que hacer mención especial a Andy, guitarrista que en todas las canciones saca el máximo potencial de su eléctrica (pedales de efectos incluidos). De ese mismo disco también tuvimos la suerte de escuchar la tranquila As you are. Después vino My eyes, que el público reconoció y cantó la parte del «Ya ya ya ya». A continuación vino el turno de otro hit del grupo como es Driftwood, en el que Douglas no paraba de poner caras sonriente y lanzar íntimas miradas a Fran Healy.
Douglas Payne, siempre con una sonrisa en la cara.
El ritmo entrecortado de Good feeling tuvo una nota curiosa y muy divertida. Antes de empezar, Healy que es todo un showman, se metió con el teclista que acompaña al grupo. Hizo que todo el publico gritara su nombre en el solo de piano de la canción («¡Claus! Claus!»). Después vino Closer, en la que también Healey hizo que nos giráramos los unos a los otros para saludar a la persona que tuviéramos a nuestro lado. Se quedó muy extrañado de que la gente respondiera tan bien a las nuevas canciones, ya que en muchas de ellas cantaban los estribillos como si fueran antiguas. Después vino otro tema insignia del grupo, Sing de su disco Invisible Band (Epic, 2001), con banjo incluido tocado por Andy. Unos problemas con la afinación de las guitarras de Fran y Andy hicieron que se bromeara un poco más con el público. La nueva Battleships sonó muy bien en directo, aunque lo bueno estaba aún por llegar. Y es que con All I want to do is rock se llegó a uno de los puntos álgidos de la noche. Fue muy impresionante ver al guitarrista Andy tocando el solo de la canción levantado por el público de las primeras filas, poniéndonos a muchos de nosotros los pelos de punta. Fue algo especial, ya que el tema era uno de los primeros singles que tuvieron la banda allá por 1997. Algo inolvidable que estoy seguro que recordaremos siempre. Pero por si fuera poco Turn y su juego de luces cerraron la primera parte del concierto.
Neil Primrose y Fran Healy, «guiño del ojo» incluido.
Después de una pequeña espera de unos minutos, Fran salió con una guitarra acústica para interpretar los bises. Se rodeó de sus compañeros y empezó a interpretar Flowers in the window. Este tema tan característico (ojo con lo que voy a decir) es el Wonderwall particular de Travis. Fue interpretado casi a capela, y el resultado fue fantástico. La anécdota la tuvimos en que la banda empezó a pedir palmas al público, pues al momento vemos como Fran también hacía lo mismo mientras, por detrás, Andy se encargaba de la guitarra. Después de la gran ovación vino el turno de Humpty dumpty love song, y cerrando el concierto Why does it always rain on me? con un final obligado (casi) a saltar a todos los presentes, staff incluido. Los escoceses pusieron fin a las actuaciones del Espacio Movistar con mucha elegancia, con mucho buen hacer y dejando con ganas de más para cuando vuelvan a actuar de nuevo en Barcelona (dijeron que para octubre). Allí estaremos, sin duda.
Texto y Fotos: Sergi Serrano