Thurston Moore performing Psychic hearts (Electric Ballroom, Londres, 03-12-11)
Aprovechando el puente de la Purísima nos lanzamos a Londres a pasar unos días. Evidentemente, y como es obligatorio para todos los amantes de la música, lo primero que hice fue mirar qué conciertos podría ver en la capital británica durante esas fechas. Por suerte para nosotros, el grandioso Thurston Moore tocaba dos días seguidos, ya que para la primera fecha se había colgado el sold out rápidamente. Los conciertos serían el 2 de diciembre en Union Chapel, presentando el reciente Demolished thoughts (Matador Records, 2011) y el día 3 en Electric Ballroom, tocando íntegramente el mítico Psychic hearts (Geffen, 1995). Lamentablemente, llegamos tarde para el primero, así que deberemos esperar a que en el futuro tengamos la ocasión de poder disfrutar de un concierto en Union Chapel -simplemente «googleenlo» y entenderán las ganas que le entran a uno de ver a quien sea en ese marco incomparable-. Pero no seamos derrotistas: ver al maestro Moore siempre es plato de buen gusto; y si además le da por tocar un disco clave para los que crecimos en los 90, dentro del ciclo Don’t look back de ATP, la noche se antojaba inolvidable.
La primera sorpresa, nada más llegar, fue ver que sobre el escenario había un arpa. Algo que presagiaba que Mr. Moore se enfrentaría a un disco 100% eléctrico con la formación con la que está girando últimamente y que incluye arpa y violín. Pero ahí no acababa todo. El neoyorquino saltó a las tablas con guitarra acústica y así reprodujo casi todo el disco, ya que algunos temas se quedaron fuera porque, en sus propias palabras, “eran demasiado raros y no sabía muy bien qué pensaba entonces para tocarlos”. Por si alguien tenía alguna duda sobre su estado de ánimo, debemos decir que no mostró ni un atisbo de tristeza o dejadez provocada por la reciente noticia de su separación de Kim Gordon. Todo lo contrario. Moore estuvo cercano, dicharachero y enérgico. Así que nada más salir nos explicó anécdotas sobre aquella época y recordó que presentó el disco en Londres compartiendo cartel con los locales Comet Gain, ganándose un poco más a un público ya entregado de antemano -algo que le honra, ya que podríamos pensar que un tipo como él, que ha recorrido todo el mundo con Sonic Youth durante los últimos 30 años, ya no debe saber ni dónde vive-. En lo musical, decir que la banda estuvo impecable y que temazos como Ono soul, Feathers o Psychic hearts nos dejaron totalmente hipnotizados, mientras que las más «sonicyoutheras», como Queen bee and her pals, nos sonaron a gloria bendita, demostrando que a sus 53 años Thurston Moore todavía tiene cuerda para rato. Pero no sólo eso, también dejó claro que a una gran estrella como él no le molesta mirar hacia atrás como les sucede a otros. Al contrario. Cuando mira al pasado se lo pasa en grande recordando, y nosotros con él.
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