The Strange Boys – Be brave
El más reciente fichaje de Rough Trade enlaza, no sé si intencionadamente o no, con la revitalización del Is this it de The Strokes, al aparecer éstos en la cúspide de algunas listas de lo mejor de la década. Sea o no cierto, la banda liderada por Ryan Sambol ha llamado poderosamente la atención en el sello, como hacía tiempo que no lo había hecho ninguna otra formación norteamericana. Lejos de hacer caso a las referencias, siempre exageradas, que se dan en las notas de prensa, sí que hay algunas razones para considerar este segundo disco de los de Austin como una de las buenas muestras de garage rock de este año.
El álbum, grabado en apenas dos semanas tras una gira europea que incluía nuestro país, se configura como una sesión que evoca los comienzos del rock (en el tema que da título al trabajo) y que transcurre por una revisión de parte de la discografía de Bob Dylan en los sesenta (Friday in Paris, Da da), a lo que coadyuva la similar voz nasal de su cantante, e incluso con toques de la Velvet Underground en A walk on the bleach o de Leonard Cohen en All you can hide inside. En toda esta mezcolanza encontramos letras con interesantes lemas filosóficos (“Tonight’s dinner is tomorrow’s shit / so enjoy it before it stinks” cantan en I see, la canción que abre el álbum) y ánimos voyeurísticos (“Well, I don’t know if they love each other for sure / sure sounds like they do” dice Sambol mientras espía a sus amigos en la intimidad, en Laugh at sex, not here). El tiempo dirá si merecen el calificativo de «nuevos Strokes» que les quieren adjudicar algunos. Por el momento, disfrutemos del disco sin más disquisiciones.