The National – Trouble Will Find Me
Por fin The National han generado la expectación que merecen. Como tienen esa manía de hacerlo todo tan a fuego lento, parecía que nunca iban a convertirse en el grupo en boca de todos que es hoy en día. Sus virtudes, sin embargo, no podían pasar más tiempo desapercibidas: el refinamiento de la producción de los Dessner (Aaron ha producido, recientemente, el Tramp de Sharon van Etten y el Hummingbird de Local Natives *), o la inconfundible utilización vocal de Berninger, eran secretos a gritos desde, por lo menos, su tercer álbum, el primero con una gran firma; pero parece que su estado óptimo de maduración para el gran público, y también para el que les ha seguido desde siempre, ha llegado materializado en el excelente Trouble Will Find Me (4AD, 2013), su sexto trabajo, publicado hace apenas un mes. Sin precipitarse ni dar un paso en falso, los de Ohio están demostrando que a veces caminando despacio se puede llegar más lejos.
De The National siempre nos ha llamado la atención lo mismo: el ritmo con el que hacen las cosas. Y no solo a la hora de publicar o distribuir su material, sino sobre todo por lo musical: por la perpetua cadencia de sus melodías, siempre ligeramente embriagadas y nobles, y, por encima de todo, por las aparentes y esporádicas licencias de independencia de la voz de Berninger con respecto al compás general de cada tema, como si por momentos le importara un carajo por dónde van los demás; comportándose como si el mundo entero estuviera en un error, y todos, sin excepción, tuvieran que seguirle a él. Y lo cierto es que todos confiamos en su voz de barítono: esa mezcla de intimidad y paternalismo funciona, y la seguimos aunque nos aparte levemente de la instrumentación, o incluso de lo correcto. Ahí radica precisamente su atractivo: The National, esa banda que te aparta de las cosas para afrontar con calma cualquier problema.
Los de Ohio proponen siempre cuadros de ligera emergencia, de sentimientos en estado crítico que pueden ser o no subsanados. Pero lo que siempre aportan al oyente es la solución más serena: si a Berninger no le supera el ritmo de sus compañeros, si permanece de pie frente a las adversidades, cantando verdades con su propio pulso y con esa barnizada seguridad, todos podemos superar cualquier crisis, por fea que parezca. Es, sin duda, el gran pilar inamovible de una carpa que aletea con el viento de las circunstancias de la vida de cada uno. Ahora ofrecen su mano salvadora al gran público para convertirse en un ‘grupo de todos’ en toda regla: con un rock de cámara excelentemente bien ejecutado, una producción cargada de pianos y un peso relativo de las guitarras en claro descenso, The National han cruzado la frontera de géneros y etiquetas, para convertirse en un fenómeno cuya música habla por sí misma.
Trouble Will Find Me es un disco que amansaría a cualquier fiera, que enamora, de esos que saboreas mientras da vueltas y vueltas en nuestros reproductores sin parar. Lineal y compacto, tiene, como todos los trabajos de The National, un gusto fuerte a vino: rojizo, noble y con una densidad admirable de contenido de calidad, pero parece que hay un poco menos de tormento en el trasfondo de su embriaguez. La mayor intensidad de éste se hace notar, a través de baterías y guitarras más remarcadas y melodías que sugieren un acenso y clímax, en pocos temas: en Sea of Love y en Graceless, en mi opinión, lo mejor del disco, y algo menos en Don’t Swallow The Cap y en I Should Live In Salt. Esta última, de hecho, seguramente sea la medida media del álbum: un medio tiempo delicado, que sube cadenciosamente hacia cotas de grandeza que no precisan de excesivos artificios.
El resto del disco se caracteriza por canciones de desarrollos más estables si cabe, apoyados en una base instrumental donde sigilosamente se van imponiendo los arreglos de vientos y cuerdas. Es importante señalar que para este disco han contado con la colaboración de gente como Sufjan Stevens, Richard Reed Perry (de los Arcade Fire), Annie Clark (St. Vincent) o Sharon van Etten, estas dos últimas en labores de coro. Y hay, por tanto, una cierta tendencia orquestal y armónica, sobre todo en temas como Fireproof, Hard To Find y Pink Rabbits, que nos mantiene en una especie de estado amniótico. Hay también, por supuesto, canciones lentas y más sentidas, como Slipped, Heavernfaced y, sobre todo, I Need My Girl, otro gran acierto de los de Ohio. Realmente es difícil encontrar canciones descartables de The National en cualquier de sus discos, y este no es una excepción.
* Puedes leer las reseñas del Tramp, de Sharon van Etten, y del Hummingbird de Local Natives, producidos recientemente por Aaron Dessner.
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