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The National – Boxer

Boxer (Beggars Banquet, 2007) es el nuevo trabajo de The National. Uno de esos discos que debes tener en cuenta desde el mismo momento en que estás leyendo la crítica. Si no conoces nada sobre la banda, es un buen momento para ponerse manos a la obra. Su anterior álbum (dicen que el mejor hasta la fecha), titulado Alligator (Beggars Banquet, 2005), logró merecidamente alcanzar la parte alta de las listas de lo mejor del año. Anteriormente sacaron al mercado The National (Brassland Records, 2001) y Sad songs for dirty lovers (Brassland Records, 2003), pero esta joyita del 2005 fue objeto de adoración por varias revistas, y su buena prensa hizo que la gente empezara a conocer al grupo.

En su más reciente trabajo siguen demostrando su pericia a la hora de crear canciones que enamoran tras sólo una escucha. La voz de Matt Berninger, muy cercana a grandes voces como la de Nick Cave, vuelve a dar una lección de lirismo en cada uno de los temas. El grupo, que cuenta además en sus filas con dos parejas de hermanos -por un lado, Aaron (bajo) y Bryce Dessner (guitarra), y por otro, Bryan (batería) y Scout Devendorf (guitarra)-, se ha rodeado para la ocasión de Thomas Bartlett y la colaboración de lujo de Sufjan Stevens, que aparece tocando el piano en varios temas del disco. Los de Brooklyn (N.Y.) han sabido evolucionar desde un sonido new wave que propició comparaciones, no del todo acertadas, con Joy Division o Interpol -en este último caso algo más justificadas-, ya que apenas hay un elemento que comparten con ellos: una melancolía, presente en las doce canciones que compone el álbum, muy característica, y que es una de las cosas que más nos gustan de estos americanos.

Fake Empire, la canción que abre el disco, es la pieza más indicada para ello. Comienza con un piano firme, al que se le van añadiendo instrumentos, en lo que podríamos comparar con la sensación de despertar de un largo sueño. Todo empieza tranquilo, calmado, pero poco a poco vamos sintiendo cómo el ritmo se va apoderando de nosotros. Con este tema, por cierto, el que escribe estas líneas tuvo una pequeña obsesión, quedando atrapado por su encanto días y días. Y si el inicio es realmente bello, una vez que suena la siguiente canción, Mistaken for strangers, uno se queda prendado y con la boca abierta, pues es un espectacular tema que lo tiene todo para convertirse en un clásico. Pero no hay dos sin tres, y Squalor Victoria resulta ser otra de las joyas que podemos encontrar en esta grabación. El sonido de los instrumentos de viento, junto con una batería contundente e hipnótica, se podría definir, posiblemente, como el de una banda cercana a Interpol. Sin embargo, Slow show y Start a war tienen ciertos elementos que los situarían rápidamente a la altura de Tindersticks. Esas guitarras acústicas constantes y su progresiva integración con los diferentes instrumentos consiguen que ambas canciones resulten realmente preciosas. Por otro lado, un elemento que se nota que ha recibido mucho cuidado es la orquestación, que se comporta muy bien en segundo plano, aun sin ser un elemento destacado. Es el caso de Racing like a pro. Y merece también ser destacada Gospel, la canción que cierra el disco.

Boxer es un paso hacia adelante en la carrera de The National. Un grupo que, sin sufrir muchos cambios, ha demostrado que tienen un don para crear buenos temas. Sin olvidar la profunda voz de Matt Berninger, que nos hace temblar y sentir algo especial. Es por eso que, poco a poco, vamos deseando más y más de esta banda. Y como ya he comentado, Mistaken for strangers es, posiblemente, uno de los mejores singles que hemos escuchado desde hace años. Tiempo habrá para comprobarlo.

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