Jugo de buena banda.
The Last 3 Lines son ya una realidad. Ni banda promesa ni el futuro del rock nacional: son un presente rebosante de calidad, talento y ganas de transmitir todo lo que llevan dentro; maduros y preparados para dar el salto cuantitativo que necesitan para ocupar el lugar que merecen dentro del panorama nacional. Ayer, en un concierto familiar en el Heliogàbal, un bonito bar del barrio barcelonés de Gràcia, pusieron de largo ante un centenar de personas su recién editado Ep acústico Leafless (Aloud Music, 2013), demostrando que el abanico de registros que poseen no ha hecho más que empezar a desplegarse. Con él han logrado extraer del Visions From Oniria (Aloud Music, 2011) la esencia compositiva y creativa de la banda, presentándola anoche en neto, con una enorme carga emotiva y mágica, y una sobresaliente y delicada definición en acústico.
A tres guitarras, bajo y percusión básica, el ahora quinteto se sintió enteramente arropado por un público que obligó a colgar el cartel de ‘Sold out’. Reconocieron que era la primera vez que lo conseguían, pero yo les aseguro que no va a ser la última. The Last 3 Lines han tocado ya en escenarios mucho mayores, teloneando a bandas como Layabouts, Triángulo de Amor Bizarro, Blood Red Shoes o Placebo, que les habrán proporcionado una mayor cantidad de público, como es obvio. Pero lo que hicieron anoche en el Heliogàbal, sin que esto signifique ningún tipo de paso atrás, fue bajar al nivel de la música de club, de directo de bar, mostrándose tal cual son, sin trampa ni cartón. Esto ya de por sí, al margen de la calidad exhibida, resulta meritorio: se trata de una banda sincera, que va de cara; y, además, se siguen fogueando en atmósferas, hábitats y escenarios distintos, pero sobre todo, en los de carne y hueso.
El recital se llevó a cabo desde un rincón del bar con fondo rojo, casi a modo de corrillo alrededor de unos músicos que apenas necesitaron de conexión electrónica: porque no hay mayor sutileza que el sonido desnudo de los dedos sobre la cuerda, ni voz más apreciable que la que ni siquiera necesita proyectarse. Y el resultado no pudo ser mejor: las medidas escogidas para dar la forma acústica a sus temas de estudio en directo parecían encajar al milímetro en las dimensiones del local, la preciosa voz de Xavier Bartrina, como reproducida directamente de la mejor de sus grabaciones, presidiendo el tranquilo cabalgar a varios ritmos de las múltiples cuerdas, y el ritmo intrínseco, fenomenalmente administrado por Marc Mateu, transformado en una percusión de mínimos que otorgó al concierto, por momentos, un aire monástico o de antigua abadía de piedra y sonido viejo.
Personalmente opino que ha de ser muy bueno el material melódico y estructural de una banda para lograr una transformación de tal calibre y una adaptación de sus canciones como la que han hecho los The Last 3 Lines con el Leafless, y materializada en directo anoche en Barcelona. Y creo también que posiblemente, en ese sentido, se trate de la banda con más talento dentro del panorama indie-folk-pop-rock nacional, junto con los mallorquines Oso Leone. El carisma de Revelation, en cualquiera de sus dos versiones; la frescura y nostalgia de Lonely Parade; la oblicuidad de Trail Of Breadcrumbs; la majestuosidad desértica de Angeless; o la vocación de himno de despedida de Insomnia, quedaron de manifiesto categóricamente anoche ante un público que no salió de su asombro.
Capítulo aparte merecería la fuente de esta experiencia acústica: el Visions From Oniria probablemente se siga interpretando este 2013 como fue concebido, en lo que debería ser una generosa gira peninsular anunciada a bombo y platillo. Será entonces cuando calen definitivamente, cuando elijan ellos a los teloneros, y cuando alcancen la notoriedad que merece su obra. Tendremos entonces el cálido recuerdo de esta velada íntima, de esta versión acústica que nos ha hecho sentir, a todos los asistentes sin excepción, en auténticos privilegiados.
Fotos de Pablo Luna Chao.
Escucha el setlist del concierto en Spotify.
Una noche irrepetible y que todos los que la disfrutamos recordaremos durante mucho tiempo. Ahora, hay ganas de disfrutar de su vertiente más eléctrica de nuevo sobre los escenarios!
Estos chicos son increíbles! En acústico, en eléctrico….pero que no paren de tocar!!