The Explorers Club es una banda de pop rock originaria de la costa de Carolina del Sur, nacida en el nuevo siglo pero con un sonido completa y deliberadamente anclado en el pasado glorioso del pop, sobre todo en las armonías vocales de los Beach Boys– tanto que su más reciente álbum hasta la fecha, TOGETHER, contaba con miembros de la banda habitual de Brian Wilson– y el sunshine pop surgido a finales de la década de los 60s, un subgénero que ha sido en los últimos años un favorito de coleccionistas.
Cualquier verano deviene perfecto si se acompaña con un disco nuevo de The Explorers Club, y este año, en el que el estío parece irremediable asociado a la frustración, la jovialidad de los oriundos de Charleston resulta más apremiante que nunca. Así que la formación ha decidido publicar no sólo un álbum de canciones propias, el cuarto de su carrera, sino, al mismo tiempo, acompañarlo de un disco de versiones. En el primero, de título homónimo, que pivota sobre composiciones de Jason Brewer- el único «miembro» constante de The Explorers Club– junto a Emeen Zarookian y Mike Williamson, en mayor medida, destacan canciones como Don’t Cry, más cercana a las composiciones de Bacharach & David, Say You Will, dentro del habitual tono optimista de los discos de los californianos o el impecable cierre con Look To The Horizon.
El disco complementario de versiones To Sing And Be Born Again nos sirve, además, como un excelente repaso para recuperar joyas perdidas del pop, como Roses And Rainbows, una de las primeras canciones de Danny Hutton, vocalista de Three Dog Night, Didn’t Want To Have To Do It, una de las grandes canciones de The Lovin´Spoonful, que inexplicablemente fue sólo cara b, con Jay Gonzalez de Drive-By Truckers como invitado o Can’t Find The Time de la banda Worcester, Massachusetts Orpheus, ahora con el reconocible vocalista Steven Page de Barenaked Ladies, sin olvidar The Mighty Quinn, canción que Dylan descartó y que los Manfred Mann llevaron al nº1 en las listas británicas.
