The Devastations – The Devastations
Australia es un lugar único dentro de la cultura popular. Una isla-continente que se ha forjado un lugar propio en el mundo del entretenimiento. Cuna de actores y actrices de éxito, base de algunos de los hallazgos más interesantes del cine popular y, en lo que más nos afecta para esta crítica, origen de algunos grupos de gran interés. Desde el pop-rock puro de INXS a la naturaleza torturada de un Nick Cave.
Este último es en el que nos tenemos que detener en esta ocasión, pues tanto en él cómo en su primer grupo, The Birthday Party, nos podemos encontrar la génesis de estos recién llegados a la escena musical. Una génesis necesariamente oscura que ha tamizado a un conjunto de músicos que ya habían demostrado su solvencia de sobra con su anterior banda, Luxedo. Tras desbandar a esta en plena gira, inmediatamente se inició esta nueva aventura, que ya ha sido aplaudida por gente como Rowland S. Howard (antiguo guitarrista de The Birthday Party) o les ha servido para ser teloneros de Tindersticks en su gira europea.
Desde luego su orientación queda clara viendo quienes les avalan, y ésta no es otra que la melancolía, con una gran presencia del sentimiento de pérdida en todo momento. Rowland S. Howard dice que su música gira en torno al silencio, a llenar el silencio, y posiblemente tenga mucha razón, porque cuando The Devastations suenan es casi inevitable olvidarse de lo que nos rodea, sumergirnos en nosotros mismos.
Las cartas se ponen sobre la mesa desde un principio, un instrumental maravillosamente ejecutado en He wasn’t like that when I knew him que establece el camino a seguir en la escucha. Las cuerdas aportan sentimiento, el piano tranquilidad, parecemos deslizarnos frente a un paisaje desolado, que pronto se verá devastado. Porque el segundo corte del álbum consigue ir más allá, hasta el límite de la soledad. Loene es su nombre, claramente nacido del desierto australiano, de la carretera sin fin y del oeste de leyenda. Contundente desde sus primeras notas y dejando que la voz femenina de Emilie Martin (también ex-Luxedo, aunque no miembro de The Devastations) dé el contraste con sus frases en francés. Una pareja de temas que nos dejan claro que estamos ante un disco que no nos va a dejar impasibles.
Tras ellas nunca se pierde el norte. En Previous crimes nos acercamos a los mejores Tindersticks, con un tono intimista que no tiene nada que envidiar a éstos, potenciado por un uso tremendo de las cuerdas. En Hold me nos presentan por vez primera su locura guitarrera para romper un tema que, hasta esas explosiones, mantiene el ritmo reposado de los cortes anteriores.
Ausencia, el segundo instrumental del disco, significa un poco una fractura dentro del mismo. Corto y con un aire festivo se situaría a medio camino entre la barraca de feria y un cierto acercamiento a Piazzola. Nos sirve para iniciar el segundo bloque de este debut, formado por otros cinco temas. You can’t reach me now abre la senda en la dirección ya explorada por Previous crimes, mientras que We will never drink again da más importancia a la voz de Conrad Standish. Love doesn’t end like that, por su parte, es el momento más pop del disco, sin renunciar a que una atmósfera oscura y melancólica impregne todo el dueto de Standish y Martin.
Finalmente Under y Sleeping dogs cierran el álbum en un tono que oscila entre la pérdida y lo que sería, directamente, la desesperación. Under es el más duro de los dos, situándose en la línea de Hold me con el ataque instrumental mediada la canción que se repetirá al final de ésta. Sleeping dogs no deja de ser más tranquila y reposada, una canción ideal para regodearse en la propia desgracia, impregnada de noches sin sueño y de amores imposibles, pero con una ternura inusitada.
The Devastations dicen hablar de «pesar, rendición, lujuria, confianza y todos los sentimientos que puedas encontrar en medio», y tienen razón. Su primer trabajo se erige en un disco que nos lleva de la mano a un paseo por el lado más tenebroso de la condición humana, condensado en 10 temas que se suceden de modo impecable frente a nosotros.