The Coral – Butterfly house
Complicado es que un disco te cambie la vida. Algo más fácil, al menos en apariencia, es que consiga hacerte pasar un rato agradable, ya sea como experimento lúdico de primer orden o bien como inteligente medicina para todo tipo de problemas éticos y morales. Butterfly house (Deltasonic, 2010) quedaría agrupado en la segunda cesta, aquella que aúna esos trabajos que, si bien no provocan revoluciones sonoras tan necesarias para muchos –y que poco a poco van tendiendo a la escasez más vulgar, queramos o no-, sí que ofrecen la posibilidad de convertirse en nuestro retiro particular, ya sea de forma eterna o pasajera.
En su último álbum, The Coral se han centrado en depurar su particular sonido –que mama básicamente del pop de los sesenta sazonado con psicodelia–, obteniendo como resultado un manojo de canciones elaboradas meticulosamente y en donde se dan la mano melodías pegadizas –llenas de satisfactorios riffs, coros y estribillos– sumamente meritorias en algunos casos: me acuerdo de Walking in the winter, Roving jewel o ese sencillo tan Byrds llamado 1000 years. Pese a que tenga en contra la ya aceptada indiferencia hacia este tipo de grupos por parte de casi toda la humanidad, Butterfly house se postula como uno de los trabajos más destacables en lo que llevamos de año -al menos si atendemos únicamente al territorio pop actual- y uno de los más conseguidos dentro de la carrera de los ingleses.
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