The Australian Pink Floyd (Rothaus Arena, Friburgo, 29-03-2014)
The Australian Pink Floyd (también conocidos por Aussie Floyd) llevan años arrastrando críticas apabullantes por todo el mundo, siendo considerados en la actualidad como la mejor banda de tributo a Pink Floyd. De hecho, no es extraño encontrar entre los ingenieros de sonido de sus conciertos a gente que ha trabajado en distintas giras de los miembros originales de la banda. Bajo el título de Set the controls tour anunciaron nuevos shows centrados en Dark side of the Moon (1973), Wish you were here (1975) y The division bell (1994), aunque no dejan de incluir canciones de otros trabajos.
Hay luces y muñecos hinchables para subrayar algunos tramos, pero lo verdaderamente impactante llega del sonido: se trata de una soberbia recreación del repertorio de Pink Floyd. Probablemente la banda original no lo hiciera igual. Waters, Gilmour y Mason ofrecerían el sonido actual de lo que fueron aquellos discos, algo que ha quedado retratado también de forma sobresaliente, por ejemplo, en los espectáculos de The wall. Pero los australianos echan mano del papel de calco y consiguen, ya digo, un resultado cuasi perfecto y hasta desconcertante, especialmente cuando entra en escena la guitarra y voz de un Steve Mac que incluso físicamente y desde nuestros asientos parece tratarse del Gilmour actual. Shine on you crazy diamond (1-5), Astronomy domine o todo el bloque del Dark side of the Moon -desde Time hasta Money– relucieron algo más dentro de una noche brillante, donde la anécdota la puso un público que recibía con gran algarabía las canciones de The division bell, álbum alejado del producto original, flojo e irregular ya con Roger Waters fuera de la banda.
Es normal plantearse la asistencia a un concierto de Aussie Floyd. El hecho de tratarse, al fin y al cabo, de una banda que copia, homenajea o como se quiera llamar, unido al precio de las entradas -no suelen ser baratas- se suman a otras posibles trabas personales. Pero al salir del recinto ya ni te acuerdas. No has visto a Pink Floyd, no. Pero los has escuchado.