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Tarik y la Fábrica de Colores – Sequentialee

Lo primero que uno piensa tras escuchar Sequentialee (Mushroom Pillow, 2005) es en Deluxe. El disco tiene cierto aroma retro, combina canciones en español y en inglés, comparten discográfica… pero nada más lejos de la realidad. Xoel López parece que dejó atrás el inglés y las influencias más evidentes con su último trabajo, Los jóvenes mueren antes de tiempo (Mushroom Pillow, 2005), después de dos discos en los que la búsqueda de una identidad propia le llevó a la experimentación guiada por su pasión hacia el sonido de los sesenta y los setenta y a «juguetear» con la electrónica. En el caso de Tarik, pseudónimo del cordobés Álvaro Muñoz, parece que el empleo de ese gusto por lo añejo está más que sentado para conformar una identidad clara pese a la variedades que se encuentran en el álbum.

Y es que Sequentialee –homenaje al estudio de grabación en el que se gestó, propiedad de Pedro Cantudo (Jubilee), a la sazón productor del disco– tiene, grosso modo, dos tipos de canciones: aquellas que podríamos denominar como básicamente pop, de corta duración y cantadas en español; y otras en las que se prima el desarrollo instrumental, con tintes psicodélicos y cantadas en inglés. Entre todas destaca la instrumental que cierra el disco: Un apartamento en Pere Lachaise (cementerio de París en el que están enterrados entre otras celebridades Jim Morrison o Edith Piaf).

Aquellas cantadas en castellano forman una suerte de mensajes que, en primera persona, están dirigidos directamente a la persona amada: desde A balón parado, pasando por Oyendo canciones –de forma epistolar– y Porque es domingo hasta Sé que algún día, canción que cierra el disco. Estas canciones gustarán a los seguidores de grupos como La habitación roja o Los Planetas (cuyo batería Erik Jiménez ha colaborado en la grabación del disco). Los temas compuestos en inglés –un binomio formado por Wasted song y I forgot the lyrics al que hay que sumar la particular versión del Cinnamon Girl de Neil Young– destacan, como decía, por sus digresiones musicales y su carácter desenfadado sobre las que planea la sombra del Bowie de los setenta.

Sequentialee supone el regreso por la puerta grande de Álvaro Muñoz. Esperemos que no tengan que pasar otros ocho años, como pasó desde que publicó su anterior trabajo On the radio, para poder degustar su música.

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