Summercase 2006 (Barcelona, 15-07-2006) Parte II
Sábado 15:
The Dandy Warhols
The Dandy Warhols
Pese a que sus discos no demuestran que estemos ante una gran banda, se hace evidente que en directo ganan muchos enteros y las canciones cobran nueva vida. Como ejemplo de esto tenemos la interpretación de algunos temas de su flojísimo Welcome to the monkey house (álbum muy alejado del Thirteen tales from urban bohemia), como We used to be friends o Plan A, que estuvieron muy por encima del sonido monótono que denotan en el citado disco. Esta pequeña sorpresa nos hará estar pendientes tanto de sus nuevas entregas en estudio como de sus próximas actuaciones.
The Divine Comedy
Neil Hannon (The Divine Comedy)
Neil Hannon, galán y romántico de nacimiento, nos dio otra lección encima del escenario con su banda de siempre, The Divine Comedy. Victory for the comic muse (Emi, 2006) es su nuevo disco, y ya van nueve. En el Summercase lo presentaron y dieron rienda suelta a su pop sofisticado. Empezaron con el tema que abre su nuevo álbum, To die a virgin. Después llegó Queen of the south, un tema de su primer disco, Liberation (Setanta, 1993), del que poco después nos regalarían también Lucy. Más tarde, superado un pequeño problema de afinación con el banjo, sonó Mother dear, que Hannon dedicó, obviamente, a su madre.
Neil Hannon (The Divine Comedy)
La elegancia con la que los nuevos The Divine Comedy se desenvuelven encima del escenario es digna de ver, y ya en la recta final de su actuación nos encontramos con Our mutual friend, del brillante álbum Absent friends (Parlophone, 2005). También hubo momento para uno de sus mejores discos: de Casanova (Setanta, 1996) sonaron Something for the weekend y la brillante Charge, que fue la penúltima canción que interpretaron. El mejor final posible lo fue sin duda gracias a Tonight we fly, del disco Promenade (Setanta, 1994). En definitiva, otro gran concierto, como nos tienen acostumbrados.
Starsailor
James Walsh (Starsailor)
Starsailor se subieron a la terminal O con muchas ganas. Pocas eran las ganas que teníamos de verles, pero le dimos una oportunidad a James Walsh y compañía. Entre los primeros temas sonó uno de sus primerizos hits, Alcoholic, del álbum Love is here (Capitol, 2002). Poco después sonó la maltratada Four to the flour, de su segundo trabajo Silence is easy (Emi, 2004). De su nuevo disco On the outside (Emi, 2006) interpretaron gran parte de su contenido. Entre otras destacamos sutilmente Keep us together. Gracias a Dios tuvimos un momento mágico en su concierto con God souls, aunque duró poco, muy poco. Una lástima.
Rufus Wainwright
Rufus Wainwright
Con él llegó uno de los momentos claves del festival, al menos para el que escribe estas líneas. Rufus Wainwright apareció en la terminal S del Summercase sin banda, sólo con su piano y las ganas de demostrar su talento como compositor, acompañado en algunas canciones por su hermana Lucy que, pese a su evidente nerviosismo, puso un toque de calidez y calidad en los temas en los que intervino.
Rufus Wainwright
La expectación se hacía palpable en el ambiente y al comienzo de la actuación la gente abarrotaba por completo el escenario. El de Montreal nos deleitó con varios temas interpretados al piano, de entre los que destacamos por encima de todos The art of teacher, que puso los pelos de punta a más de uno. Por supuesto, también se valió de la guitarra en algunas canciones, como en el caso de California. Así pues, nos ofreció un repertorio plagado de éxitos como Gay messiah, o Cigarettes and chocolate milk de su disco Poses (2001, Greffen). Y como sorpresa para muchos, interpretó fantásticamente bien el tema de Leonard Cohen Hallelujah, demostrando su versatilidad y savoir fair encima de un escenario.
Nuestro protagonista dio todo un recital. Escuchar su voz era como estar subido en una montaña rusa de la que nunca desearías bajarte. Sin duda alguna, uno de los mejores conciertos de esta primera edición del Summercase.
Primal Scream
Después de que el día anterior, en un bar de Madrid, Bobby Gillespie se viera envuelto en una pelea -de la que todavía conservaba una evidente marca en la nariz-, el cantante salió al escenario, acompañado de toda su banda, dispuesto a hacer disfrutar al respetable de toda la fuerza que emana de sus discos y que queda reflejada con creces en todos y cada uno de sus directos.
Bobby Gillespie (Primal Scream)
Abrieron la actuación con Movin’ on up, del genial Screamadelica (Sire, 1991), y poco a poco fueron soltando perlas extraídas, aparte del ya citado álbum, de otros discos como XTRMNTR (Astralwerks, 2000), del que sonó Swastika eyes, o Jailbird del Give out but don’t give up (Sire, 1994), contagiándonos de esa atmósfera enrarecida y viciada de sus composiciones. Esa atmósfera que una vez que te posee no quieres vivir nunca más sin sentirla.
Keane
Keane aterrizaban en el Summercase con dos discos a sus espaldas, el modesto Hopes and fears, que tuvo un inmejorable éxito de público, y la versión mejorada de éste, Under the Iron Sea, en el que se nota que han puesto más empeño en las canciones que en el conjunto. Con una puesta en escena algo austera pero suficiente para lo que piden sus temas, dieron un repaso a sus dos largos en estudio.
Keane
Sonaron, pues, sus clásicos previsibles, como Somewhere only we know o This is the last time, en los que Tom Chaplin puso todo el sentimiento que fue capaz de ofrecer pese a sus limitaciones vocales. También se escucharon piezas de su última entrega, como por ejemplo uno de sus mejores singles hasta la fecha: Is it any wonder?, donde se nota la mejora que Tim Rice-Oxley ha conseguido con los teclados emulando el sonido de las guitarras.
Así pues, nos queda un buen recuerdo de esta primera edición del festival de verano Summercase en la Ciudad Condal. Muy buenos grupos, mucha variedad y muy buen ambiente han sido las verdaderas razones para que, desde Altafidelidad, le demos una nota muy alta a dicho evento.
El único pero del festival, como ya hemos comentado, ha sido sin duda la confección de los horarios. Tener que elegir entre New Order y Happy Mondays (ambos grupos integrantes de la gran explosión musical de Manchester en los ochenta) fue todo un desacierto por parte de la organización. Aun así, el éxito de esta primera edición ha sido apabullante, con un total de 54.200 personas presentes en Madrid y Barcelona. Larga vida al Summercase.
Texto: Jose Luis Gallego y Sergi Serrano
Fotos: Sergi Serrano