Sex Education: primeras impresiones
La dramedia de ocho episodios sigue a los adolescentes que deciden establecer una clínica que proporciona respuestas a las interminables preguntas de sus compañeros sobre el sexo.
Asa Butterfield (El juego de Ender) interpreta a Otis Milburn, un adolescente socialmente torpe que resulta ser el único hijo de dos terapeutas sexuales, Jean y Remi. Como el inseguro de Otis tiene respuesta para cualquier duda sobre sexo gracias a la profesión de su madre, una amiga (Emma Mackey), lo anima a abrir una «clínica clandestina de terapia sexual» en el instituto.
Escrita y creada por Laurie Nunn, Netflix describe el drama como «sincera, obscena e irreverente» y una «representación moderna de las experiencias sexuales y románticas, las amistades y la vida contemporánea de los jóvenes adultos», una «carta de amor británica a la historia clásica de la escuela secundaria estadounidense». Los ocho episodios de la primera temporada se filmaron mayormente en el sureste de Gales, con actores con acento inglés pero estilo estadounidense… de los ochenta. De hecho la banda sonora está, además, repleta de canciones de la década, además de propias para la serie de Ezra Furman.
Las comedias de sexo para adolescentes, un género que tuvo su apogeo en la década de 1980 con películas como Porkys y que continuó- en la misma tónica – hasta final de siglo con American Pie (1999) ha alcanzado en los últimos años una coherente mayoría de edad que ha quedado reflejada, sobre todo, en el cine independiente (Juno, Lady Bird) y ahora también en las nuevas series, bajo la influencia de las redes, una formación precoz y heterogénea y el ascenso del feminismo en la cultura popular, aún mayor en la era del #MeToo.
Para Entertainment Weekly Sex Education «logra integrar una gran empatía en los problemas sexuales de los adolescentes (…) Lo más importante es que la serie pertenece a los jóvenes y, aunque puede que no sea la primera en retratar a los adolescentes como personas reales, su ambición de explorar las relaciones entre ellos es poco habitual». Variety confirma que hay en Sex Education «mucho más que en la gran mayoría de las comedias de adolescentes, que realmente nunca tocan el tema, por lo que es maravillosamente refrescante verla». New York Times destaca que «la serie primero intenta asentar el formato, pero florece durante los ocho episodios y ofrece una mirada inteligente y sensible hacia los adolescentes que buscan su lugar». Para TIME se parte de «una premisa inverosímil: ¿Te imaginas a alguien en la escuela secundaria, donde los chismes son una mercancía y los niños están desesperados por parecer más experimentados de lo que realmente son, pagar para confesar sus disfunciones sexuales a un compañero? Sin embargo, Sexual education aprueba el suspenso de esa incredulidad aperente».