[Reseña] Young Fathers- White men are black men too
Si tuviéramos que hablar de los premios anuales que más se aproximan al barómetro de la actualidad, el Mercury Prize, aunque ciertamente no comparable a un Oscar de la Academia de Cine, afortunadamente y con asiduidad suele ser más atinado que los Grammy. El Mercury suele apostar por bandas nuevas, de ahí que haya sorpresas con frecuencia. De hecho, el premio ha sido para algunos artistas una bendición pero también un regalo envenenado: puede generar unas expectativas demasiado altas. No fueron los casos de Suede, Antony and the Johnsons o Arctic Monkeys. En el caso de los Young Fathers, el inesperado galardón con su álbum de debut Dead (Anticon, 2014), sobre todo con competidores de la talla de Damon Albarn, Royal Blood o Jungle, resultó prematuro para muchos . Ellos mismos minimizaron la importancia de la victoria, y prácticamente no concedieron entrevistas a los medios.
Los segundos discos suelen ser los que elevan a las alturas o desinflan el globo mediático que los premios insuflan. Nosotros ya conocíamos a Young Fathers desde sus dos primeros EP, Tape one (Anticon, 2013) y Tape two (Anticon, 2013), donde sobresalían canciones como Romance o I heard. La crítica siempre les ha acompañado, las ventas pocas veces. En cualquier caso, Young Fathers -un escocés, un liberiano y un nigeriano nacido en Edimburgo- saben cómo trascender las fronteras del hip hop en su aleación con el rock’n’roll y el punk, y sobre todo con el pop, renovando propuestas que en las últimas décadas han asumido propias músicos como Tricky o más recientemente TV On The Radio. Ejemplos más que notables son 27, que hace referencia a la maldición del club de músicos que murieron a esa edad, Liberated o Nest. Si te aburres de las estructuras encorsetadas de las canciones que pueblan las FM y las recomendaciones de los spotifys de hoy en día, White men are black men too (Big Dada, 2015) puede ser tu disco.