[Reseña] Waxahatchee – Saint Cloud
La estadounidense Katie Crutchfield está de regreso por quinta vez bajo el apodo de Waxahatchee. La cantante y compositora de 31 años, escribió Saint Cloud como una colección de postales, el resultado de un viaje íntimo a través de los lugares en los que había estado revisando sus raíces- desde Memphis a Alabama- durante los dos años anteriores.
Frente a su discografía anterior- su anterior trabajo estaba producido por el genio del indie rock, John Agnello- Saint Cloud es un trabajo más acústico e intimista. Liberada de su rebeldía inicial- en la que, como ella misma comenta en una entrevista- “quería que todo fuera raro y punk”– Crutchfield cambia sus guitarras crepitantes y distorsionadas de indie rock por una paleta de sonidos más amplia, con una tonalidad de americana y medios tiempos apenas guiados por piano y donde, en general, el trabajo del productor Brad Cook, amigo y socio de Justin Vernon, es apenas sutil y minimalista, como en la delicada Ruby Falls.
Con todo, Saint Cloud es rebosante de ritmos que evocan a Springsteen («Si me quemo como una bombilla, dirán que no estaba hecha para esa vida” canta en Arkadelphia), profusión de folk y country rock clásico- con Lucinda Williams y Emmylou Harris en perspectiva- y en el que las guitarras llevan la firma de la banda de country californiana Bonny Doon. Aun sin canciones descollantes- el single, Fire, una canción de amor escrita para sí misma o War («Estoy en una guerra conmigo mismo / No tiene nada que ver contigo») – la sobriedad y el eclecticismo marcan un prometedor nuevo comienzo para Katie Crutchfield.
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