[Reseña] Verne: futuro y ficción (Teatro Echegaray, Málaga, 23/01/19)
El montaje dirigido por Franc González se ha estrenado en el Festival de Teatro de Málaga con doble función en el Echegaray
La compañía malagueña Nuevo Teatro Musical recorre en Verne: futuro y ficción la vida del visionario escritor francés, conformando por el camino un pizpireto musical cuya banda sonora llega en directo desde la retaguardia del escenario a través del piano de Nacho Doña, la guitarra de Manuel Rueda, el bajo de Emilio Ocaña y la batería de Pedro Valdivielso. Franc González, por su parte, encarna a un Verne siempre inquieto que va de aquí para allá mientras canta lo que le echen. Junto a él circulan por las tablas su primera pareja, Caroline Tronçon (Estefanía Moscoso), Alejandro Dumas —interpretado por un estupendo Juan Antonio Hidalgo— y su editor Pierre-Jules Hetzel (Arcadio Chillón), recordado por aliarse también con Victor Hugo, Balzac o Zola. De forma paralela a las aventuras de Verne se presenta un mundo distópico inspirado en las novelas La invasión del mar y París Siglo XX donde los humanos, tras sufrir una catástrofe sin parangón, intentan recuperarse echando mano de la tecnología en detrimento del arte.
El montaje, estrenado en el Festival de Teatro con doble función en el Echegaray, se destapa valiente y generoso en su propuesta, cabalgando sobre un ritmo solvente y un talentoso reparto. Pero encontramos algún desbarajuste en el texto, un tanto deshilachado, y en unas canciones que, por momentos, se muestran tristonas y uniformes frente a la vehemencia de los acontecimientos; no vendría mal en la partitura una miaja más de alborozo, descaro y, ya que estamos viajando a la Luna o buscando el centro de la Tierra, imaginación. A ella se apela con firmeza hacia el final de la función: es ahí, en la fantasía, donde este Verne tan boquerón debe recocerse el tiempo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks.