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[Reseña] Squid – O Monolith

Squid es una de las nuevas bandas más innovadoras dentro del revival punk del Reino Unido nacidas en los últimos años, tanto en sus actuaciones en vivo como su reflejo en el estudio de grabación. Producido por su colaborador desde hace mucho tiempo Dan Casey y mezclado por John McEntire (de Tortoise), Squid comenzó a trabajar en O MONOLITH apenas dos semanas después del lanzamiento de su álbum debut, Bright Green Field, justo mientras estaba de gira en 2021. De hecho, según la propia formación, ya en sus directos tocó el 80% del nuevo álbum, en su mayor parte todavía sin haber elaborado las letras. Así, las canciones se iban completando en salas de ensayo alrededor de Bristol, donde el  quinteto tenía su sede en ese momento, y finalmente se mudó a los lujosos estudios Real World de Peter Gabriel en Wiltshire, en medio de la campiña inglesa, un cambio de entorno que contribuyó a expandir aún más su habitual sonido post-punk claustrofóbico.

Para dar forma a las canciones, el quinteto abordó los problemas que les rodeaban, tanto los propios como los de la sociedad en su conjunto, lo mismo alusiones a la emergencia ambiental como al desplazamiento que sientes cuando estás lejos de tu hogar por mucho tiempo. Entre los colaboradores de O MONOLITH encontramos a Martha Skye Murphy, los percusionistas adicionales Zands Duggan y Henry Terrett, Roger Bolton, habitual de Peter Gabriel y que cede el reconocible Fairlight –identificarás su sonido martilleante en After the Flash– de uso pionero por parte de Kate Bush y posteriormente por los mismos Depeche Mode o el conjunto vocal Shards, especialmente en el sorprendente cierre If You Had Seen The Bull’s Swimming Attempts You Would Have Stayd Away. Así, en los apenas 42 minutos de O MONOLITH, junto a la electrónica de vanguardia, Squid aborda elementos de funky jazz con reminiscencias a Talking Heads, como en Close y, en general, pinta un paisaje sonoro mucho más sofisticado y cautivador- a veces impredecible -que el que presentaba su álbum debut. Incluso, en su afán por la experimentación, se les puede perdonar el uso del temible vocoder en Siphon Song. O MONOLITH ofrece, en definitiva, una propuesta de rock progresivo y de vanguardia visceral que no es ni para todos ni para cualquier momento.

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