[Reseña] Paul McCartney – McCartney III Reimagined
Creado durante las restricciones de bloqueo de 2020, el 18 ° álbum en solitario de Paul McCartney, McCartney III, lanzado en diciembre pasado, se convirtió en sucesor de McCartney (1970) y McCartney II (1980), todos con un título similar por haber sido escritos, interpretados y producidos por Paul en diversos estados de aislamiento, mostrando su creatividad única e inspirada espontaneidad. Esta visión paralela y gusto por la experimentación ya la acometió con más atrevimiento a mediados de los 90s en otro proyecto, The Fireman, junto con el productor Youth, y más recientemente, en el disco Twin Freaks de 2005.
McCartney fue quien tuvo la idea de ofrecer las canciones del álbum a otros músicos también en confinamiento para configurar un álbum de remixes, versiones y reinterpretaciones. En otra época, además de las ya conocidas versiones de los Beatles, pocos artistas dejaron huella en las personales canciones en solitario de McCartney. De las memorables econtraríamos Maybe I’m Amazed, que hicieron The Faces en su álbum de 1971 Long Player, Monkberry Moon Delight de Screaming Jay Hawkins en 1979 o la más reciente, la revisión rockera del Coming up que Terrorvision perpetraron en 1992. Hace siete años se publicó también un álbum tributo de versiones, The Art of McCartney, si bien eran escasas las del Beatle en solitario, como Wanderlust de Tug of War a cargo de Brian Wilson y So Bad de Pipes of Peace en la voz de Smokey Robinson. McCartney ha compuesto, eso sí, canciones memorables para otros artistas como Let´s love para Peggy Lee (1974), Mine for me para Rod Stewart (1974) o en couautoría con Elvis Costello como Veronica (1989) o So like candy (1991).
Así McCartney III Imagined es un álbum nuevo, completamente distinto a la idea primitiva del disco original. Aunque la crítica en general lo ha alabado, McCartney III – el álbum es, además, su primer nº1 en Reino Unido en 30 años – no es en absoluto de lo mejor de su discografía en solitario, con lo cual para un artista una adaptación libre de canciones recientes y que no están -ni probablemente en el futuro- dentro de las predilectas de los fans del ex Beatle parece una labor menos embarazosa que la que podría entrañar hacerlo con las clásicas de su repertorio. En algunos casos esta revisión podría entenderse como un guiño o un homenaje, como el abundante uso de sintetizadores, una de las premisas de la trilogía, como han hecho Blood Orange con Deep Down, Damon Albarn con Long Tailed Winter Bird y 3D RDN (Robert Del Naja de Massive Attack) con Deep Deep Feeling. Del dispar listado de versiones destacan el melódico Seize the Day de Phoebe Bridgers, When Winter Comes de Anderson.Paak– la voz de McCartney suena tan nítida que parece más bien un sample extraído de una canción aún más antigua- el acelerado Slidin de Ed O’Brien/EOB– con Helter Skelter en la memoria- o Women and wives, que St Vincent ha transformado de una monótona revisión de Lead Belly a una más inspirada de Portishead. McCartney III Reimagined es un álbum heterogéneo y desigual, que, finalmente, no engrandece pero tampoco contamina el valor de la obra original.