Mucho se ha escrito ya sobre el nuevo disco de Nacho Vegas, sí, pero un artista como él y una web como esta que estás leyendo merecen algunas palabras más sobre Resituación (Marxophone, 2014), sexto trabajo del asturiano si dejamos de lado, algo nunca recomendable, sus numerosos EPs. Bajo la etiqueta de canciones comprometidas y políticas, que es como se ha definido de forma general el álbum, encontramos, sin embargo, los momentos más soleados y humorísticos de Vegas: Adolfo Suicide, de envoltura Stone, su fantástica aparición como un personaje más en Actores poco memorables o Rapaza de San Antolín -nadie podría imaginar hace unos años el nombre de David Civera en un texto suyo- son acertados ejemplos de ello. Polvorado liga sin fisuras el tono político y festivo -cuyo vídeo ha sido dirigido una vez más por Ramón Lluís Bande-, mientras que Runrún opta por una calma y optimismo cercanas a las piezas eclesiásticas gracias a la participación del Coro del Patio Maravillas. También brillan momentos a la vieja usanza –Luz de agosto en Gijón, Ciudad vampira– en un trabajo que cuenta con el inevitable patito feo –Libertariana song– y un final con La vida manca -sí, la de Bosé, Víctor y Ana en la piscina- que, como comprobamos hace no mucho, alcanza en directo una plenitud deslumbrante. Una vez más el veredicto es obvio: Nacho Vegas vuelve a firmar un disco inmenso.
