Cesare Pavese, célebre suicida, dejó escrito en El oficio de vivir que un hombre no se lamenta del amor que le ha traicionado, sino del envilecimiento de no haber merecido la confianza de la otra persona. “Quien trata de conservar a una mujer a fuerza de mera entrega y sinceridad es un ingenuo. Si ella no traiciona es porque no le conviene”, remataba en otra de las sustanciosas (y hoy censurables) páginas de su diario.
Vienen al caso las citas del italiano si nos centramos en Mira cómo te olvido, ya que Santiago Lizarrabengoa, interpretado por un destacado Andrés Suárez, asentiría con decisión —y hasta con fruición— ante tuits similares. Tal vez no al comienzo de la obra; ahí, durante el calentamiento, se muestra locuaz, lúcido y hasta cómico ante la psiquiatra Susana Leiva (Virginia Nölting), que le escucha pacientemente en una de las dependencias que pueblan el hospital penitenciario donde transcurre la acción, reconduciendo en numerosas ocasiones las disquisiciones del enfermo al quid del asunto: la ruptura de Santiago con la cautivadora Sara, personaje construido a través de una María del Mar Suárez en notable equilibrio, a ratos onírica (y, ay, puro recuerdo), que desentierra con presencia, bailes y cante la exactitud de un relato tremebundo. Suya es la voz que pone en pie unos tientos de Cádiz atribuidos a Diego «El Marrurro» y a Enrique «El Mellizo» que ejercen de tenebrosa bisagra en esta narración del mal querer: «Me fie de la verdad, y la verdad me engañó / cuando la verdad me engaña, de quién me voy a fiar yo».
Tras el devastador desenlace, Andrés Suárez, una vez extinguidos los pertinentes aplausos al trío protagonista, agradeció las felicitaciones de los asistentes y nos recordó que el montaje escrito y dirigido por Antonio Álamo, tercero de la nueva temporada de Factoría Echegaray tras la coreografía de Ana Rando Azul Prusia azul Berlín y el musical Un muerto con suerte, se podrá ver diariamente hasta el próximo sábado 15 de diciembre, fecha en la que completará su recorrido en la cartelera del teatro con una doble función. Corran a verla, que vuela.
Foto: Daniel Pérez / Teatro Echegaray
