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[Reseña] Jessica Pratt – Here In The Pitch

La primera vez que pude ver en vivo a Jessica Pratt fue en un escenario pequeño de la primera edición del Mad Cool en 2016. En aquel momento estaba vigente su celebrado segundo disco de estudio On Your Own Love Again y en el festival apareció en solitario con su guitarra acústica: parecía nadar a contracorriente en un ambiente y una hora que no parecían las más apropiadas para su estilo. En 2019 Pratt publicó Quiet Signs, un trabajo que también cosechó buenas críticas, y ahora llega con Here in the Pitch, un álbum «obsesionado por figuras emblemáticas del lado oscuro del sueño californiano».

Pratt se sitúa entre la emergente escena del freak folk surgida a principios/mediados de los 2000, junto a otras figuras como Devendra Banhart, CocoRosie o Joanna Newsom, con influencias más centradas principalmente en el rock psicodélico y los grupos folk de las décadas de 1960 y 1970, incluidos los artistas estadounidenses Holy Modal Rounders y grupos ingleses y escoceses, como Pentangle o Donovan, así como compositoras ahora incluso más reconocidas que en su momento como Karen Dalton o Vanysti Buyan. Las bandas de folk freak utilizan muchos de los instrumentos asociados con el folk tradicional: guitarras acústicas y otros instrumentos de cuerda inusuales y eclécticos, incluidos instrumentos de juguete y percusión asociados con círculos de tambores, como congas y bongos.

Y, efectivamente, Pratt vuelve a fluir en este cuarto álbum apenas con guitarra, voz, con toques ocasionales de piano o batería, pero esta vez con una notable mayor influencia por la bossa nova y del pop más espectral de los 60, por supuesto con voz de mujer: Petula Clark parece resonar en Better Hate y Astrud Gilberto en Get your Head Out o By Hook or by Crook, con un ejemplar trabajo de percusión de Mauro Refosco (David Byrne, Atoms for Peace). En otras ocasiones Pratt evoca  la melancólica voz Julee Cruise en la banda sonora de una película no escrita de David Lynch. La figura de Burt Bacharach -no por nada su banda sonora favorita antes de comenzar a grabar- está presente a lo largo de todo el disco, especialmente al final con Empires Never Know, mientras que en otras ocasiones mantiene la esencia íntima y austera de sus primeros discos como Nowhere it Was o el cierre The Last Year. Pratt, en definitiva, explora en Here In The Pitch el sombrío final de la era hippie, por lo que dibuja más un paisaje sonoro inquietante y vacío que el que ofrecía el luminoso, optimista y juvenil california sound y que impregna el ambiente de la nostalgia de un tiempo no vivido.

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