[Reseña] Jay Som – Anak Ko
La cantante, compositora y productora de Polymath, Melina Mae Duterte, ha regresado con su segundo álbum como Jay Som, tras su debut Everybody Works de 2017, con gran éxito de crítica. Duterte ha estado rodeada de música desde temprana edad- con un padre DJ y una madre cantante que le enseñó el oficio- incluso en los momentos de ocio, practicando el karaoke, que según la propia cantante, es muy popular en la cultura filipina.
anak ko -pronunciado Ah-nuhk Koh, y que significa «mi hijo» en tagalo, uno de los dialectos nativos de Filipinas- se completó durante un retiro en solitario de una semana a Joshua Tree. Duterte grabó, produjo, diseñó y mezcló este álbum ella misma en casa, como prefiere hacer habitualmente. Sin embargo, esta vez invitó a algunos de sus amigos a contribuir con voces e instrumentación adicionales -batería, guitarras, cuerdas y pedales de acero- como Laetitia Tamko de Vagabon, Annie Truscott de Chastity Belt, Justus Proffit, Taylor Vick de Boy Scouts, así como a sus compañeros de banda en vivo Zachary Elasser, Oliver Pinnell y Dylan Allard.
Así, el disco conserva la frescura e intimidad de su elogiado debut pero los nuevos elementos han agregado a ese bedroom pop habitual un sonido más pulido, con un Superbike con ecos del britpop de los 90, como lo fue aquel anticipo de principios de año, Turn the other cheek, que extrañamente no aparece en el álbum. Un disco breve – apenas 35 minutos de duración- con canciones inspiradas, desde la apertura con If you want it a la más adornada Nighttime Drive, para cerrar con las destacadas Crown y Get Well, la más alejada de las pautas del dream pop que fluyen a lo largo del álbum, con el uso de la pedal steel guitar de Nicholas Merz. Anak Ko es un espléndido paso adelante que demuestra que el lo-fi y la elegancia no tienen por que ser incompatibles.