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[Reseña] Isobel Campbell – There Is No Other…

Isobel Campbell se ha declarado enemiga de las prisas. Con un título cuyo origen viene de un antiguo saludo maya que descubrió después de abrazar el arte de la meditación, en 2020 regresa con There is No Other … su primer álbum en solitario en 14 años. Desde que dejó a Belle & Sebastian en 1999, Campbell, primero bajo el nombre de The Gentle Waves, lanzó su carrera en solitario y luego con dos álbumes de folk con su propio nombre. En su nuevo disco vuelve a reivindicar su papel protagonista, tal vez diluído – nunca menguado- en los recientes discos a dúo con Mark Lanegan, algunos de ellos, por cierto, los mejores de la carrera del músico de Washington.

La demora en más de una década no fue precisamente por falta de inspiración. De hecho el álbum ya se había completado tras haber firmado con un sello naciente en 2014, que luego cerró, y que le obligó a esperar tres años a recuperar sus derechos y otros dos años cuando firmó con Cooking Vinyl. Tiempo antes de todo esto, Campbell se había mudado desde Glasgow a Los Ángeles. Con su marido, el ingeniero de estudio Chris Szczech, grabaron en distintos lugares, a veces en formato dúo, pero también con distintos amigos como el guitarrista Jim McCulloch (Soap Dragons), el teclista Dave McGowan (Teenage Fan Club), Elijah Thomson (Father John Misty, Everest) y la multiinstrumentista Nina Violet (Willy Mason, Evan Dando, Marissa Nadler).

El sosiego que Campbell reclama lo encontramos a lo largo de todo el álbum. La apertura City of Angels nos evoca una visión ensoñadora acompañada de la voz silenciosa de Campbell, con sonidos de grillos incluídos. Esa búsqueda de la sencillez lo protagoniza la perenne guitarra acústica en canciones como Vultures, que nos habla sobre su ciudad adoptiva y de la parte turbia del negocio de la música. Sin embargo, el pop folk generoso en cuerdas y con cariz melancólico permanente que ya conocíamos deja paso a otras armonías como el gospel en The Heart of All, a la bossa nova en Rainbow, la inesperada versión electrónica de Runnin’ Down a Dream de Tom Petty o incluso momentos de inspiración soul vintage a lo Aretha Franklin/Mavis Staples como Hey World. En el espléndido primer single, Ant Life, invoca la vida agitada en las ciudades estadounidenses. «La vida moderna me desconcierta de muchas maneras. Toda la vida siempre me he preguntado ¿Cuál es la prisa?» Con There Is No Other… Isobel Campbell nos permite parar el reloj, al menos durante 40 minutos, y dejarnos arrastrar por la serenidad dentro del caos diario.

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