[Reseña] HTRK- Rhinestones
Los favoritos de culto HTRK– pronunciado Hate Rock– nacieron con la base de una forma opaca pero seductora de post-punk electrónico marcado en una identidad creada a base de cajas de ritmos y voces sensuales, si bien en trabajos posteriores el sonido de la formación fue suavizándose de forma sutil. En su ya quinto álbum, Rhinestones, apenas dos años del lanzamiento del anterior, hay un giro voluntario de la electrónica inicial hacia el country gótico. El dúo formado por Jonnine Standish y Nigel Yang nos presenta, así, en Rhinestones una colección de canciones minimalistas y sombrías, en mayor medida, en un ambiente prácticamente acústico que también recoge las esencias del dream pop.
Grabado en su Dandenong Ranges natal, Australia, entre abril y mayo, Rhinestones es un elegante conjunto de nueve canciones melancólicas, emotivas y etéreas, prácticamente envueltas apenas de guitarra, voces en ecos y diferentes efectos de sonido. El dúo creó en el estudio numerosas versiones de cada una de las canciones del álbum pero, finalmente, acabó regresando a las demos más íntimas y conceptualmente más puras, desechando cualquier tentación de sobreproducción. De hecho, según ellos mismos han señalado, gran parte del proceso creativo consistió en averiguar lo desarrollada que debía estar o no una canción y cuánta forma, pulido y estructura necesitaría. Unido a todo ello, las letras de Standish, igual de minimalistas que su producción, giran alrededor de sueños y elucubraciones sobre el amor (Real Headfuck), las relaciones obsesivas (Valentina) y, sobre todo, la amistad (Fast friend). El resultado es un álbum que recuerda a unos Everything but the girl – o si quieres sus herederos del nuevo siglo, The XX– en un formato más minimalista y desnudo que acoge, y ahí está su verdadero mérito, notables canciones.