[Reseña] Amyl and The Sniffers – Comfort To Me
Ellos mismos lo dicen: a algunos perros callejeros no se les puede poner bozal. Reconocidos por su espectáculo en vivo desgarrador, Amyl & The Sniffers, es decir, la voz de Amy Taylor junto por el guitarrista Dec Martens, el bajista Gus Romer y el baterista Bryce Wilson, han sabido trasladar sus directos contundentes al estudio en este segundo disco Comfort To Me. Si bien las primeras grabaciones de la banda estaban impregnadas de una sensación de urgencia- muchas de ellas grabadas apenas en un día- su sonido no se acababa de pulir de una forma inequívoca en el estudio, como ocurría con su álbum de debut homónimo lanzado en 2019.
A fines de 2020 Amyl & The Sniffers entraron al estudio con el productor Dan Luscombe para grabar su segundo álbum mientras estaban juntos en cuarentena en la misma casa, aunque aproximadamente la mitad de las letras se remontan a los incendios forestales que devastaron Australia en los primeros meses de 2020, cuando la banda ya usaba máscaras para protegerse del humo en el aire. Como ellos mismos han recalcado en alguna entrevista: ”lo grabamos mientras el mundo se quemaba a nuestro alrededor”, una expresión bastante alegórica que refleja cómo aquella impotencia fue el mejor coadyuvante para generar un disco aún más autodestructivo, nihilista y resentido que su álbum de debut.
Como buenos herederos de las bandas de guitarras australianas – desde los Saints a los Hooodo Gurus– pero también bebedores de las fuentes primarias- como testifica la “ramoniana” e irónica Security “Seguridad, ¿me dejas entrar en tu pub? No busco problemas, busco amor”– Amyl & The Sniffers es una de las emergente formaciones del renacimiento punk – más allá de pub punk que destilaba su primer trabajo- que más ha sabido asimilar esa herencia de canciones crudas no exentas de melodía – “Ojalá pudiera amarme por todos mis defectos, como yo te amo por todos los tuyos” canta en la soberbia No More Tears– y, sobre todo, de letras desafiantes- ayudada en el caso de Amyl por su atraccción por el rap contemporáneo más subversivo- que ahondan en diversidad de temas de actualidad, y no necesariamente los más frecuentes, como en el alegato contra la masculinidad tóxica y la sencilla aspiración de caminar sola sin peligro que manifiesta Knifey, probablemente la mejor canción del álbum «Todo lo que siempre quise fue caminar por el río, ver las estrellas, por favor, deja de joderme, sale el cuchillo, viene mi cuchillo, así es como llegamos a casa todas las noches». Sea simplemente por la destreza adquirido tras estar de gira durante dos años, bien por la rabia lúcidamente exteriorizada – y todo sin necesidad de hacer referencias explícitas a la pandemia- en las canciones de Comfort To Me o tal vez por ambas razones, los cuatro de Melbourne se han consolidado como una de las formaciones de punk rock más interesantes de la escena.