RBMA Weekender (Madrid, 03/06 -10-2013)
Cotidianeidad es cuando te acostumbran a un modelo encasillado y repetitivo que lleva a una fiesta desinteresada y llena de recuerdos nulos. Generadores de música que han pasado anteriormente por las metamórficas salas de Madrid, dj’s que conocen la fórmula para mover masas pero que carecen de un discurso variado. Por eso, dentro de este pesimismo cultural que nubla la capital, formar un line-up de calidad que pocos entendidos son capaces de conocer al completo y hacer disfrutar a un público que cuelga el cartel de lleno en casi todos los conciertos, es sorprender.
Ayer finalizó el llamado Weekender de la RBMA (Red Bull Music Academy), una serie de eventos que llevaron artistas de estilos muy dispares a espacios singulares.
«Crooners Dislocados» Jueves 3 Octubre
A Omar Souleyman no le hizo falta salir disfrazado ante el público para llamar la atención, su thawb (o túnica) conjuntado con sus gafas tintadas y su bigote poblado formaban parte de su atuendo habitual. James Pants y Joe Crepúsculo se ocuparon de calentar el Teatro Kapital antes de la actuación del sirio, la más esperada de la noche del jueves. El ambiente festivo se vio correspondido con los múltiples ritmos árabes que el teclista Rizan Sa’id acompañó con trompetas digitales. Omar cantaba, pero sobre todo animaba. Con razón al día siguiente algunos notamos agujetas, nuestras caderas se movieron instintivamente de una manera que pocas veces habían hecho antes en una sala de esas características. El respeto riguroso por cumplir los horarios nos restaron la media hora de más de concierto que muchos hubiésemos deseado para terminar de enmarcar la noche. Si llego a pagar los 15€ de la entrada en taquilla me habría sentido un poco decepcionado. Antes de las 12 estábamos todos en la calle viendo cómo los «niños bien» nos daban el relevo para que Kapital volviese a su aspecto original.
«Cielo Oscuro» Viernes 4 Octubre
La sala estaba a medio llenar pero la gente ya avisaba, antes de llegar a la taquilla improvisada, que no quedaban más entradas. Este modelo de aforo es algo que se puede ver fuera de nuestras fronteras: putada para los despistados que quieren sumarse en último momento, comodidad para los que disfrutamos del concierto con más espacio. La pareja Fasenuova era uno de los nombres nacionales que mejor encajaba en los tintes tenebrosos de la noche del viernes en el Matadero. Los asturianos mantuvieron un ambiente en estado de semi-tensión, todos los asistentes sabían perfectamente a lo que iban, así que no hubo problema alguno. Se podía respirar una satisfacción general, resultado de un directo contundente con tonos industriales bien estructurados.
A continuación le tocó el turno a The Haxan Cloak, uno de los cabezas de serie del sello TriAngle (casa de AlunaGeorge, Holy Other o Balam Acab, entre otros). La hora de actuación le habría ido de perlas a la retransmisión radiofónica de Orson Wells de «La Guerra de los Mundos«. Los sonidos guturales que surgían de las más que aceptables torres de sonido provocaban una rigidez general, muchos no saben que algunos de los mejores productores del momento no buscan que disfrutemos de la electrónica bailando. Servidor gozó como un niño chico ante el mejor estreno de cine del año, este tipo de experiencias es lo que uno busca cuando asiste a eventos del estilo.
Tras una pausa para reiniciar los oídos salieron a la palestra Chris & Cosey, dos de los ex-componentes de Throbbing Gristle, piedra angular del movimiento post-industrial de los finales de los 70. Una gran parte del público estaba formado por seguidores de los británicos que rozaban los 40, bailaron como los que más; hay que decir que no fueron los únicos que lo hicieron. Tras las anteriores dos palizas, hacía falta un poco de movimiento rítmico y eso fue lo que nos regalaron: Chris Carter se ocupó del techno coherente y Cosey Fanni Tutti de la voz (por momentos pretendía sumar con una baqueta pero sumó poco). Sin avisar, tocaron el último tema y, cuando el público pidió el bis, una orden desde detrás del escenario impidió a la pareja seguir tocando… Estos de Redbull tendrían que contratar a menos sargentos…
Autor: Bruno Caneda Pastor
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