Ray LaMontagne – Till the sun turns black
Después de saborear hace dos años su Trouble (Echo/Pias, 2004, y reeditado este año por DRO Atlantic), por fin nos llega el último trabajo de Ray LaMontagne: Till the sun turns black (RCA Records, 2006). Se trata de un trabajo que destaca, sobre todo, por lo cuidado de sus arreglos, a la altura del aclamado 1972 (Rykodisc, 2003) de Josh Rouse (pulsa aquí para leer nuestra crítica) o de The mysterious production of eggs (Fargo/Discmedi, 2005) de Andrew Bird. Con el primero comparte, además, una cierta línea estilística común que parte del folk y del country estadounidense (Empty), pero que va más allá. En el caso de LaMontagne son notables las influencias soul, sobre todo en las melodías vocales y en los arreglos de viento metal (Three more days).
Como decía, los arreglos son una parte muy importante de unas canciones que, en su estado más primitivo, no son otra cosa que un breve acompañamiento de guitarra acústica para la voz. Destaca el uso de las cuerdas para crear evocadoras atmósferas, bien con la ayuda del piano en Be here now, o simplemente acompañando a la acústica en Can I say y en Till the sun turns black.
En un disco tan bien arreglado, destacan por todo lo contrario Lesson learned y la breve pieza instrumental Truly, madly, deeply. También merece mención especial You can bring me flowers, un tema en el que se acerca al sonido de Ben Harper. Quizá lo único que habría que achacarle es la particular forma de cantar de LaMontagne, como susurrando, y que resulta demasiado pesada para los casi cincuenta minutos que dura este Till the sun turns black.