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Prin’ La Lá – Esto es Prin’ La Lá

Creo que a todos los que nos hemos tenido que enfrentar a una hoja en blanco para hablar del disco debut de Pin’ La Lá nos ha pasado lo mismo. El primer síntoma es la sorpresa y la falta de reacción, porque con la primera escucha uno no es capaz de asumir a qué se está enfrentando y, por decirlo llanamente, uno no sabe por dónde cogerlo. En Esto es Prin’ La Lá (Eureka/Pias, 2007) se mezclan la ingenuidad y el surrealismo infantil con la psicodelia y lo onírico. Por esto, tras el primer impacto, es necesario investigar un poco sobre quién anda detrás de este proyecto.

Prin’ La Lá son Macarena, Isabel y Blanquita, tres niñas de la familia de Fernando Vacas (Flow), productor del disco y promotor del grupo. Según han explicado en alguna entrevista, todo surgió una Navidad en la que las niñas sacaron el violín para tocar en casa de sus abuelos, momento en el que su primo, el músico indie, lo vio claro. Tras publicar dos EP, llega este álbum debut del que nos disponíamos a hablar tras la sorpresa inicial, provocada sobre todo por la sacudida emocional de Flan golpeado (¿soy el único al que le sorprendió una frase con tantas lecturas como “El vestido se ensucia con la comunión y la canción de la iglesia”?) y Naves que dan vueltas a un balón.

El segundo síntoma es la duda: ¿es realmente un proyecto tan natural e inocente? ¿No será una tomadura de pelo? O lo que es peor, ¿no será un pretencioso producto comercial de aviesas intenciones? Sinceramente, creo que simplemente se trata de una arriesgada propuesta personal o familiar. El problema que yo veo es que quizá resulte demasiado complejo para el público infantil al que está destinado y demasiado “ingenuo” si fuera dirigido al público adulto. Eso sí, canciones como Verano fatal o Con sentido y sin sentido podrían estar firmadas por cualquier grupo de “ñoñopop” (sé que es una definición poco ortodoxa para el género –con la que no pretendo ofender a nadie, que quede claro–, pero… ¿a que se entiende?).

El tercer síntoma es de admiración. Su origen está en unos arreglos en estado de gracia: cuerdas, vientos, acústicas, pianos… cada uno está en su lugar, parece que no sobra ni falta nada. Ejemplos notables los tenemos en las cuerdas de Azúcar con sal, la flauta de Santa Clotilde o los vientos de El amor que huye. Por no hablar de los “efectos” y ruidos varios introducidos a lo largo del disco: agua, truenos, cacharros, bocinas… (podríamos decir que en la citada Verano fatal hay algo de Yellow submarine).

Tras un análisis de los síntomas antes descritos, mi diagnóstico es que Esto es Prin’ La Lá es una propuesta más que interesante y para nada desdeñable. Pero tampoco es para tanto. A mí, personalmente, no me terminan de convencer las voces infantiles, me terminan cansando, y creo que en ocasiones no funcionan con las melodías de algunas canciones. Por ejemplo, en …Celoso el mar (sobre la que, por cierto, no puedo dejar de pensar que podría ser hija bastarda de Hijo de la Luna y Naturaleza muerta de Mecano). Dice la hoja de promoción que el disco será representado en teatros, como si fuera una sucesión de pequeñas «obritas» musicales. Aunque sea sólo por curiosidad, a mí me gustaría verlo.

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