Si el debut de la formación francesa hace ahora 9 años, United, fue para muchos de nosotros el mejor disco de una banda novel en 2000, y seguramente uno de los mejores en general, tenemos que aplaudir ahora su regreso en plena forma con su cuarto trabajo. A ello ha contribuido, sin duda, la irreprochable elección de su primer productor, Philippe Zdar. Con esta nueva obra llegan de nuevo las melodías inspiradas y los ritmos bailables que nos recuerdan a las grandes canciones que se incluían en su ópera prima.
Además, Phoenix se pueden enorgullecer de ser una de las pocas bandas francesas que actualmente colocan sus discos en las listas americanas, a pesar de que las letras no siempre sean muy coherentes, al no ser el inglés su primera lengua. Los argumentos, no obstante, estriban en unas potentes líneas de bajo, elegantes guitarras rítmicas y teclados que, junto a la personal voz de Thomas Mars, deslizándose entre los instrumentos casi como uno más, convencen al personal a la primera escucha. Desde los singles Lisztomania a 1901, pasando por las bailables Fences o Girlfriend, y hasta el gran cierre que es Armistice, mi favorita, Phoenix han conseguido hacer el álbum pop completo que le faltaba a sus anteriores creaciones. Escúchalo y no te sientas culpable si no puedes retener los pies.
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