El clásico entre los clásicos.
Entre 1962 y 1966, los Beach Boys habían colocado nada menos que 22 singles de éxito en las listas americanas. Sus armonías y arreglos cada vez más sofisticados se debían en gran parte al hecho de que Brian Wilson dejó -desde 1964- de salir de gira con la banda para trabajar a tiempo completo en la composición y grabación en su casa de Los Angeles.
Brian trabajaba con los mejores músicos jóvenes de la ciudad, un grupo informal conocido como Wrecking Crew, que incluía a los guitarristas Glen Campbell y Tommy Tedesco, los bajistas Carol Kaye y Ray Pohlman, y el baterista Hal Blaine. Mientras que los Beach Boys estaban de gira, Brian comenzó a trabajar en enero de 1966 en Pet Sounds.
Fue una obra completamente personal. Trabajó sin parar durante casi cuatro meses, fichó toda una orquesta de músicos de sesión para ayudar a perseguir los «Pet Sounds» que oía en su cabeza. Al final, los Beach Boys volvieron de su gira apenas para añadir sus armonías vocales a las pistas instrumentales.
Aunque ahora es reconocido como un clásico innovador, las ventas de Pet Sounds fueron decepcionantes, a pesar de incluir sencillos como Wouldn’t It Be Nice, God Only Knows y Sloop John B., el único éxito en España, #20 en 1966 en la lista de singles. La compañía, Capitol Records, que no estaba convencida de las posibilidades de comercialización de un disco maduro de los Beach Boys, sacó de forma fulminante Best of the Beach Boys apenas dos meses después, anulando cualquier intento de promoción del álbum.
Así que, qué contradicción, el que es considerado uno de los mejores discos de todos los tiempos, careció de apoyo discográfico. A pesar de ello, su influencia comenzó a notarse desde el primer momento. Si Wilson, durante la misma grabación, había quedado impresionado con Rubber Soul, ahora era Pet Sounds la fuente de los Beatles. «Creo que fue realmente la gran influencia que me hizo grabar el Sgt. Pepper’s«, diría McCartney años más tarde.
Apenas pasados unos meses- en septiembre – Beach Boys llegarían a la cima acuñando una una nueva frase – «buenas vibraciones», con el tiempo acortado a «buen rollo» – al vocabulario de la cultura pop. La canción, nº1 en España, era un descarte del álbum. Pero esa es, ya, otra historia.
