Paul Collins – Flying high
Dos recientes hechos nos hacen estar agradecidos a los dioses por partida doble. Primero, porque Paul Collins, después de doce años sin grabar, ha vuelto al estudio para registrar doce nuevas canciones (una de esas casualidades del destino ha hecho que grabe una canción por cada año de silencio). La segunda, la fundación de una nueva discográfica dispuesta a apostar por gente como el americano aquí en España. Fruto de estas circunstancias, nos llega Flying High (Lucinda Records, 2005).
Pero hay un hecho determinante que termina de cerrar este particular cúmulo de acontecimientos. Paul Collins ha contado con el guitarrista Octavio Vinck, ex Heartbeats y ex Protones, como mano derecha para grabar el disco. Además en la grabación también ha participado Carlos Guardado, de Burning, al bajo y Ginés Martínez, de Cooper, a la batería. El resultado no puede ser mejor.
Contando con su propia casa como estudio, en Flying High Paul Collins ha combinado su faceta más eléctrica y rockera, heredada de sus tiempos en The Beat o The Nerves, con su vertiente más acústica e intimista. Ejemplo de la primera serían temas como Rock ‘n’ Roll shoes (¿evocando, quizá, aquel Rock & Roll girls que registró con los Beat?) o Helen, temas con los que se abre el disco. Como paradigma de la segunda tendríamos la «dylaniana» Paco & Juan, I’m on fire, Bobby o aquella que cierra y da nombre al disco: Flying high.
Entre todas destaca Will you be a woman probablemente uno de los mejores temas del disco junto a la canción más sixties de todo el disco: Silly love. No se puede dejcar de lado temas como More than yesterday o Afton Place, dos claros ejemplos de lo cercano y evocador que pueden resultar las composiciones de Paul Collins.
Es curioso que este año, plagado de hypes infernales, nos encontremos con que los mejores discos provienen de “viajas glorias” (o de mediana edad, no pretendo ofender) como el ex beatle Paul McCartney, The Rolling Stones, Paul Weller o el mismo Paul Collins. Los primeros ya son los abuelos del pop y el rock. Los segundos, pertenecen a una segunda generación que reinventó estos géneros… ¿No debería aparecer ya una tercera generación?
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