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Optimus Primavera Sound. Día 3

Dinosaur Jr (4)

Optimus Primavera Sound. Día 3: Manel, The Drones, Dinosaur Jr, Los Planetas, Explosions in the Sky, Savages, Dan Deacon, Titus Andronicus y My Bloody Valentine.

(Continuación de la segunda jornada, día viernes 31 de mayo de 2013)

Aprovechando hasta el límite los últimos rescoldos de energía afrontamos ayer la tercera y última jornada de Optimus Primavera Sound 2013. Puede que al margen de My Bloody Valentine, que volvía a cerrar evento como ya lo hizo la semana pasada en Barcelona, no hubiera ninguna banda de las que se suelen calificar de cabeza de cartel; sin embargo, era una jornada idónea para ir picoteando de escenario en escenario, cambiando radicalmente de tercio, y disfrutar así de un buen número de bandas sin que las eclipsara un grande u otro. Así que, aunque distendida, fue una jornada bastante intensa que empezamos hacia las 18h con Manel, y que concluimos hacia las 2 de la madrugada, momento en el cual abandonamos el recinto, que no la música, ya que el sonido de My Bloody Valentine nos acompañó hasta el mismísimo hostal, a más de un quilómetro de distancia.

Manel (15)RetPDisfrutamos al fin de una tarde soleada y cálida, lo cual nos permitió escuchar a los barceloneses Manel casi como si estuviéramos en su playa. Porque la banda liderada por Guillem Gisbert sabe irremediablemente a la espuma del Mediterráneo recostándose una y otra vez sobre la arena de la Costa Brava. Su música descansa sobre dos pilares fundamentales: el pop derivado de los géneros macarras de los ’80, y el folk franco-catalán, que se distingue por el peso fundamental que tienen las partes cantadas (casi narradas), que llegan incluso a determinar la morfología misma de las melodías. Estuvieron a un nivel extraordinario, interpretando canciones ya míticas como Al mar! o Boomerang, intercaladas en la presentación de su trabajo más reciente, Atletes, baixin de l’escenari (Warner/Discmedi, 2013). Imposible encontrar un inicio más apropiado para un día de festival bajo el sol.

The Drones (15)REtPO a su lado, mejor dicho, ya que a esas alturas del día el poderoso astro ya se reclinaba sobre el Atlántico, molestando la resaca o la temprana borrachera de Gareth Liddiard, líder de The Drones, que tocaban a continuación. Entiendo que es su estado natural con respecto a la música, ya que no erró una sola nota, ni le faltó un solo gesto de rabia trastornada en la mirada. Los australianos no ahogan del todo su musicalidad en el tormento, y aunque haya una constante amenaza de hundimiento, siempre queda a flote, ondulando con el vaivén de las fuertes mareas intrínsecas, un poco de belleza melódica bien definida, que hace que no todo parezca ser fruto de la cólera y el deseo ardiente de venganza. Y para seguir con el estruendo, esta vez algo más estructurado y racional, nos quedamos para escuchar a Dinosaur Jr, que han vuelto más fieros que nunca, pero demostrando el aplomo que da la veteranía.

Dinosaur Jr (21)RetPMascis y Barlow hacen una pareja maravillosa: no entiendo que hayan estado alejados una temporada, porque al separarse deben notar la falta de empuje y retroalimentación, que se aportan mutuamente en lo que vino a ser un duelo de cuerdas al sol, pero en el sentido conceptual más opuesto. Puede que en directo de la sensación de que son los últimos estertores del grunge, pero probablemente al género le quede más cuerda de lo que parece: el problema es que tiene una estética poco cuidada y cualquiera diría de Dinosaur Jr que están ya de vuelta de todo, y que nada tiene ya que aportar a la música. En cualquier caso, resulta complicado apartar la vista de los punteos de Mascis y del trotar ágil y potente de Low Barlow sobre su bajo. Solo al final se produjo el pequeño éxodo hacia el escenario contiguo, donde los granadinos Los Planetas iban a tocar uno de sus Cds más valorados por crítica y público: Una semana en el motor de un autobús (RCA/BMG, 1998).

Los Planetas (11)RetPEs innegable que la banda de Jota y compañía tiene un directo robusto y firme, pero también hay cierta densidad, cierto ambiente de exclusividad, que hace que parezca que es preciso el conocimiento profundo y pormenorizado de sus canciones para disfrutar a tope de sus actuaciones. Parece que exijan carnet de fan, o un currículum donde consten todas las canciones que te sabes de memoria. La encriptación de su imagen, además, evita casi cualquier distracción innecesaria hacia sus figuras, con lo que el grado de intensidad de su música gana enteros: como si de una manera natural, provocada por el buen sistema de distorsión que tienen, generasen una subida parcial de la presión atmosférica materializada en una música que se te cuela por los poros, quieras o no. En mi opinión, es una de las bandas nacionales con un directo más anglosajón, pese a sus últimas exploraciones, y no creo que entre el público hubiera solo gente española.

Explosions in the Sky (29)RetPY casi sin tiempo para respirar en condiciones atmosféricas normales, empezaba en el escenario principal el maravilloso concierto que dieron los Explosiones in the Sky. Los tejanos no están de gira, y ni siquiera se hallaban de paso por nuestro continente: lo que pasa es que como tuvieron que cancelar a ultimísima hora su actuación aquí mismo el año pasado, venían ex profeso para saldar un pequeña deuda con el público portugués. Y vaya si lo hicieron. El silencioso quinteto se empleó a fondo y, pese a que fue la noche menos fría de todas, no hubo cuerpo alguno que se librara de los escalofríos y se produjo una auténtica colonización de las pieles de gallina. Incluso se oyeron algunos sollozos, rítmicamente acompasados a un post-rock instrumental que siempre tiende a unir los puntos aislados del misterioso cielo estrellado. Fue, sin ninguna duda, uno de los mejores conciertos del festival, y desde luego el más sobrecogedor de ayer noche.

Explosions in the Sky (72)RetPSe entienden a las mil maravillas los chicos de Explosions in the Sky: fluyen, y no necesitan casi ni mirarse. Cada uno parece ir a la suya, sentado uno rodeado por sus pedales, de cuclillas otro, mirando al infinito; pero a todos les une algo en común: una guitarra entre las manos como forma única de expresión, y un mismo viaje planeando entre el cielo y la tierra. Las partituras de las cuatro cuerdas son como itinerarios perdidos y reencontrados en lo más oscuro de la noche, y sus punteos son el discurso de soñador profesional que soltarían si supieran hablar. En ese sentido, lo que puntea uno es lo que cualquiera de los otros tres está pensando en ese mismo momento, dando la impresión de que en realidad tal vez sean una simple extensión de la batería, al rededor de la cual se colocan todos los miembros del grupo. Una vez más demostraron que el post-rock, en buenas manos, resulta casi milagroso.

Savages (8)RetPPero en cualquier caso, hicimos bien en abandonar prematuramente el concierto de los Explosions para acercarnos al escenario Pitchfork a catar el directo de las jóvenes Savages, porque fue una auténtica pasada. Este cuartero londinense, compuesto íntegramente por mujeres de armas tomas, es capaz de desplegar un post-punk noire de alto voltaje sin apenas despeinarse, y con un nivel de provocación innata bastante considerable. Entre la aspereza y la contundencia de su estilo, perfectamente labrado a través de una batería de trueno, guitarra y bajo gordo, fueron presentando los temas de su álbum de debut, Silence Yourself (Matador, 2013), editado hace algo menos de un mes con un gran éxito de ventas. Las cuatro, pero en especial la vocalista, que se hace llamar Jehnny Beth, parecían grandes pero ágiles felinos negros, que se mueven por la selva como reinas intocables que te arrancan la cabeza después del coito; vampiresas del post-punk que tienen un gran futuro por delante.

Dan Deacon (72)RetPCuando nos quisimos dar cuenta, el festival había entrado ya en su recta final: pasada la medianoche, solo quedaba ya una última pero importante decisión que tomar para echar el cierre definitivo a esta segunda edición del Optimus Primavera Sound de Porto, Dan Deacon o My Bloody Valentine, dos de los conciertos que más nos gustaron del Primavera de Barcelona. Siguiendo con la actitud de picoteo, decidimos ver un poco de los dos, y de paso un rato de Titus Andronicus. Del primero podíamos tratar de extraer esa infinita energía limpia, fruto del reciclado de las más diversas piezas de cacharrería encontradas en los mejores vertederos espaciales: y Deacon propuso los juegos de siempre, poniendo a bailar a todo el mundo y desatando su future shock con la ayuda de dos baterías impresionantes, uno a cada lado, que habrían podido resucitar a más muertos que las bolas del dragón.

Titus Andronicus (29)RetSin embargo, hay que lamentar que la organización repitiera colocando su concierto en la última jornada, como en la edición de Barcelona, ya que de haber tenido el público un poco más de frescura, aquello podría haber sido el acabose. Atinamos a arrastrarnos hasta el inexplorado escenario ATP, para comprobar el descaro y la creatividad emancipada de los norteamericanos Titus Andronicus, y volvimos a lamentar la acumulación de buenos conciertos en la ultimísima fase de festival, cuando ya uno deja de estar receptivo y todo parece ser una fina lluvia sobre en suelo empapado. Por eso precisamente optamos por no quedarnos a My Bloody Valentine: un todo musical tan abrasante y acaparador como es el sonido de los irlandeses solo puede escucharse con la complicidad del vacío de oídos y la frescura cerebral mínima.

My Bloody Valentine (4)RetPDe todas formas, atinamos a percibir de su concierto, mientras nos dirigíamos a la puerta de salida, durante el cuarto de hora de trayecto al hostal, y (lo prometo) cuando empezábamos la redacción de esta crónica, una atmósfera similar a la desatada en Barcelona, aunque quizá algo más suave en cuanto a la distorsión, y más violenta en lo que respecta al volumen. Sin obstáculo alguno hacia el oeste, su música se debió expandir sobre el Atlántico un buen trecho, fundiéndose con los bramidos de alta mar y con la zozobra de un oleaje infinito y unas mareas que, aunque previsibles, seguirán dando siempre algo de miedo, por mucho que creamos que con el tiempo se pueden llegar a dominar. Quedó así un punto y final un tanto difuminado, pero perfecto para tener una excusa para volver el año que viene a seguir donde lo dejamos ahora. ¡Larga vida al Optimus Primavera de Porto!

Fotos de Pablo Luna Chao.

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