Se estrena en EEUU la adaptación de la novela de Kazuo Ishiguro, considerada por algunos críticos como “la mejor novela de la década”.
La cinta relata quince años de la vida de sus tres protagonistas, Kathy, Ruth y Tommy, quienes descubrirán con el paso de los años el destino que les depara. Publicada en 2005, en España se editó con el título Nunca me abandones (Anagrama).
El libro ha sido adaptado por Alex Garland y la película ha sido dirigida por Mark Roman y protagonizada por Keira Knightley, Carey Mulligan y Andrew Garfield. El filme se estrenará en el Festival Internacional de Cine de Toronto y abrirá, como plato fuerte, el día 13 de octubre el Festival de Cine de Londres.
Variety apunta que «aunque técnicamente es un relato de ciencia-ficción Never Let Me Go asemeja más una refinada novela victoriana, con todos esos sentimientos reprimidos y anhelos no correspondidos. Aún así, concebida al estilo de parábolas como Hijos de los hombres y Fahrenheit 451 (…) manipula ciertas variables con la finalidad de llegar a una verdad más profunda». Hollywood Reporter apunta a un film dirigido a un público minoritario: «con caracterizaciones experimentadas, fotografía impecable e inteligentemente escrito, incluso intermitentemente emotivo, el film es también demasiado árido y laborioso para conectar con una amplia audiencia…» FilmLike recalca que “como casi todas las adaptaciones, no es tan buena como el libro de la que está basada, pero -el guionista- Andre Garland y Romanek han hecho un excelente trabajo de traducción de una historia única al lenguaje cinematográfico” The Guardian puntualiza que «el gran éxito de Romanek y Garland en Never Let Me Go es la subversión silenciosa. Nada de lo que sucede aquí es gritado a los cuatro vientos, sino que la verdad se desarrolla suavemente y rodea unas vidas que desean ardientemente que la existencia sea algo más…» Daily Telegraph apunta que «Never let me go es un perfecto ejemplo de lo mejor del cine británico; una pieza de trabajo solemne; su calidad refinada elevará incluso a los espíritus más afligidos…».
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