Ned Collette & Wirewalker – Over the stones, under the stars
El primer álbum de Ned Collette y su banda -tercero del músico de la escena de Melbourne- emparienta con esos grandes discos de los ochenta de la, por entonces, vibrante escena australiana: The Go Betweens, The Triffids o The Church. Junto a los Wirewalker (Joe Talia y Ben Bourke, llamados así por el film Man on wire), Ned Collete ha modelado un álbum intimista y sobrio, cercano a los Red House Painters o al mismo Nick Cave, gratamente reforzado con el acabado final del americano Joel Hamilton (Tom Waits, Elvis Costello, Sparklehorse).
En el disco encontramos variantes más cercanas al pop (en el single, Come clean, con influencias declaradas de Lloyd Cole, Leonard Cohen o Neil Young; también, en determinados momentos, buena muestra del rock de siempre (Polly Angel o la excelente All the signs, con ese escalofriante solo de guitarra final, otra de esas canciones redondas a tener en cuenta al repasar el año), que indican que nos encontramos ante una de las bandas más interesantes de la actual escena australiana, con mucho futuro por delante.
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