Mucho ruido y pocas nueces: primeras impresiones
Joss Whedon cambia los superhéroes por Shakespeare en esta nueva adaptación de la comedia clásica, que se estrena esta semana.
Tras rodar Los Vengadores (2011) y a su vuelta a Los Ángeles Josh Weddon estaba obligado contractualmente a cogerse una semana de descanso antes de empezar a trabajar en el montaje. En vez de viajar a un lugar exótico o desconectar del mundo y relajarse, Joss y su mujer, la productora ejecutiva Kai Cole, decidieron rodar una película muy diferente. Una obra que se rodara casi enteramente en su propia casa, una película que se pudiese hacer en menos de 12 días, un largometraje hecho con sus amigos íntimos según Whedon («lo más caro fue comprar bebidas para los actores y el equipo») y que mostrase un amor sincero por el texto de la obra, y así nació el Mucho Ruido y Pocas Nueces de Joss Whedon, que llega 20 años después de la adaptación que en su día hiciera Kenneth Branagh y su mujer Emma Thompson.
Protagonizada por Amy Acker y Alexis Denisof en los papeles de Beatriz y Benedicto, completan el reparto Nathan Fillion, Fran Kranz y Jilian Morgese en los papeles de Claudio y Hero. Betta Pictures, en colaboración con Alfa Pictures, estrena Mucho ruido y pocas nueces el 20 de diciembre en los cines españoles.
La crítica norteamericana e inglesa se vieron sorprendidos gratamente cuando se estrenó el pasado verano: «Incluso aunque el buceo no era un deporte importante en el siglo XVI en Sicilia, donde se establece originalmente la acción, el espíritu alegre de la obra se ha conservado en esta modesta producción de cosecha propia» decía Wall Street Journal. The Guardian asegura que el director «tiene un buen oído para la comedia, un acercamiento práctico al abandonar los gags que no funcionan, una mano hábil para el slapstick (bufonadas) y el afán por utilizarlo». Telegraph afirma que “Acker y Denisof – los actores principales- debaten entre sí en la mejor tradición de la comedia screwball, equivalentes modernos dignos a Tracy y Hepburn. Son la principal fuente de alegría en una película rebosante de delicias”. El New York Post lo tiene claro: «La primera comedia de Shakespeare filmada en décadas que es realmente divertida».
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