Se estrena en HBO España la nueva serie de Damon Lindelof, creador y productor ejecutivo de numerosas aclamadas series de televisión en tiempos recientes, como Lost (2004–2010), The Leftovers (2014–2017) o más recientemente Watchmen (2019).
Creado por la escritora de The Big Bang Theory, Tara Hernandez, y el showrunner de Watchmen de HBO, Damon Lindelof, este drama satírico y distópico sigue a una monja que se une a su ex novio para derrotar a un sistema de IA, ya que su influencia sobre la raza humana se extiende peligrosamente. Liderando el reparto de Mrs Davis está Betty Gilpin, quien trabajó por última vez con Damon Lindelof en la película de terror de 2020 The Hunt. Como Wiley, el exnovio de Simone y miembro de la resistencia que lucha contra la Sra. Davis, tenemos a Jake McDorman, quien trabajó también con Lindelof en un episodio de Watchmen. El reparto también incluye al veterano de Scream David Arquette, Andy McQueen, Elizabeth Marvel, Chris Diamantopoulos, Ashley Romans, Tom Wlaschiha, Mathilde Olliver y Katja Herbers.
Si la plataforma Peacock ya estaba recibiendo una gran aceptación en los últimos meses gracias a la serie Poker Face, el misterio semanal de Rian Johnson y protagonizado por Natasha Lyonne, parece que esta serie va por ese camino, compitiendo, además, en un género en las que otras plataformas son ya maestras. Lindelof, sin embargo, ya tiene un curriculum experimentado como autor de series de misterio y distopía. Cocreó la más que conocida Lost -junto a J.J. Abrams y Jeffrey Lieber- que seguía a un grupo de supervivientes de un accidente aéreo, así como The Leftovers -con Tom Perrotta- un drama inquietante sobre las secuelas de un evento global en el que 140 millones de personas desaparecen sin dejar rastro. Curiosamente Mrs. Davis, creado junto a la escritora de Young Sheldon, Tara Hernandez, según afirma sus propios responsables, fue rechazada inicialmente por otro servicio de streaming por una curiosa razón: había cierta preocupación entre sus directivos sobre una serie que reflejara los algoritmos de forma negativa.
Aunque Mrs Davis comenzó a fraguarse en 2020, los debates sobre inteligencia artifical se han multiplicado recientemente en los principales medios de comunicación, y la serie llega justo cuando el ChatGPT de OpenAI está en boca de todos, Google está lanzando su propio programa de inteligencia artificial, Bard, y los otros gigantes tecnológicos están siguiendo su ejemplo. Tres años después, Mrs. Davis, parece que, sin pretenderlo, ha convertido en profeta a sus creadores, si bien en el cine de ciencia ficción la producción de películas sobre inteligencia artificial ha sido una constante como en 2001: A Space Odyssey (1964), Blade Runner (1982), The Matrix (1999), A.I. Artificial Intelligence (2001), Minority Report (2002), Moon (2009), Her (2013) o Ex Machina (2015).
Así, para Wall Street Journal «a menudo es [desconcertante, pero] es deliciosamente así. El primer episodio, un tumulto de tramas y comienzos en falso que también es el mejor puntapié inicial entre las series de televisión recientes, necesariamente dará paso a capítulos menos frenéticos y más esclarecedores». Para The Hollywood Reporter «Si bien es impresionante que Mrs Davis siga siendo tan sorprendente como lo hace, es difícil saber con precisión qué hacer al final de la temporada, o si incluso los creadores saben lo que querían decir con eso.Por otro lado, aquellos dispuestos a abrazar el viaje por lo que es se encontrarán con una experiencia singular». Según Los Angeles Times «Hay actuaciones impresionantes por todas partes, pero la de Gilpin es algo más que eso: es absolutamente natural y está presente en cada momento de un papel que exige mucho de ella…. Mrs Davis es complicada, pero bien organizada. Y el arco emocional siempre es inteligible y muy, muy satisfactorio». Para The New York Times, sin embargo la serie, «por otro lado, da volteretas de lo sublime a lo ridículo.Ojalá se tomara a sí misma más en serio (lo que probablemente también la hubiera hecho más divertida).Pero tiene momentos asombrosos» y para The Guardian «Lindelof quiere que seguirle sea factible, aunque desafiante, y frecuentemente gratificante. Aunque en ese mismo sentido, las misteriosas formas en que trabaja pueden ser igual de frustrantes».
