Moderat – II
Para comprender la relación musical entre Modeselektor y Apparat se puede usar una analogía amorosa que todo el mundo entenderá. Contemporáneos y vecinos de la siempre efervescente escena electrónica berlinesa, ambos proyectos se atrajeron desde el principio. Tuvieron un breve escarceo en 2002, Auf Kosten der Gesundheit (BPitch Control, 2002), en forma de Ep, pero no hicieron verdadero sexo hasta su aventura en 2009. Moderat (BPitch Control, 2009) fue una excelente noticia para todos los que ansiaban un acercamiento de la electrónica dura a las fórmulas más evolucionadas del pop, del new wave o del IMD. Pero, en principio, solo fue un polvazo sin continuidad; la historia pasajera de una unión explosiva destinada a no durar. De esas atracciones que solo sirven para el choque, porque por la fuerza y la tendencia de cada uno de los elementos, sería imposible mantener luego el equilibrio, la paz y la armonía en una relación duradera.
Se diría que de aquellos polvos vienen estos lodos, pero calificar el II (Monkeytown Records, 2013) de Moderat de barro, a menos que no sea como una metáfora de lo fascinante que resulta el moldeado cuasi líquido de las formas que lo componen, sería poco menos que un insulto. Tampoco estoy muy seguro de que esta nueva unión signifique un algo más: otro polvazo que, aunque suene en todo a más maduro, no tiene porqué significar que su relación haya pasado a un segundo estadio. De momento, sexo ocasional, pero de extremada calidad. Conservando todo lo aprendido de la primera vez, pero fluyendo y conectando, además, como si nunca se hubieran separado desde entonces; evolucionando ambos en la misma dirección. Si su primer trabajo se caracterizó por un claro exhibicionismo de virtudes, desafiante y arriesgado, puntiagudo, decidido y sin complejos, fruto todo ello de la pasión, II resulta un acercamiento más romántico, pausado y comedido. Madurez y seguridad en uno mismo.
Esta segunda entrega, reducida y más concreta, sigue ahondando en la misma unión de estilos musicales, presentados de manera más diluida y sintetizada. Puede que el peso relativo de la ambientación propia de Apparat haya aumentado, reduciéndose el impacto del beat, pero la manera en la que la aportación de Modeselecktor se deja llevar por la del primero, nos habla nuevamente de un proyecto de conceptos compartidos, como si el lado más amable de Bronsert y Szary confluyera con el más oscuro de Sascha Ring. Indudablemente estamos ante un trabajo de electrónica elegante, destinado al gran público y a la normalización de la electrónica en nuestras vidas. Suave, y casi siempre rendida a una narración más propia de estilos más accesibles, la electrónica de Moderat es el lenguaje, pero no el mensaje; el vehículo, pero no el destino.
II es un disco compacto, sin las aristas y desviaciones de su primer Lp, y aunque los elementos que lo componen aparecen más diluidos o sintetizados entre sí, el resultado es un producto más directo y concreto. Coherente de principio a fin, se reduce en verdad a seis temas que flotan a la misma velocidad; cuatro de ellos claramente apoyados en la voz de Ring. Let in the Light y Gita, los que más, son también los de estructuras más convencionales: los más paganos, electrónicamente hablando. Y, sin embargo, se sustentan en bases electrónico-instrumentales sutiles y precisas que ejercen el efecto buscado para cada una de ellas. Resultan, de alguna manera, el punto céntrico de un ritmo que, pese a su homogeneidad, se va apagando lentamente. Damage Done y This Time, ya en versión instrumental, cierran desahogada y reflexivamente el álbum, concluyendo con la sostenida tensión argumental que sobrevuela todo el trabajo de principio a fin.
Porque, con toda seguridad, los beats más marcados, la oratoria más desenfadada y los mecanismos más propios de la electrónica de baile se encontrarán todos, o casi todos, en sus dos primeros temas (tras la inicial The Mark – Interlude): Bad Kingdom, que ha servido de anticipo de este esperado retorno, y la instrumental Versions. Seguramente representan el punto más atractivo de Moderat, ese en el que funden los mejor del techno más edulcorado y del breakbeat, con lo más arriesgado del pop electrónico o de cualquier música convencional que se quiera acercar al mundo del sonido digital. Avanzadilla importante en la rápida conversión del planeta musical a ese nuevo orden, los berlineses han vuelto a demostrar, ahora más que nunca, que la buena electrónica no se reduce solo a la administración del ritmo y a la contundencia de éste, sino que vive, y lo hará más a partir de ahora, de los efectos, atmósferas y ambientaciones que provoca el público, que ya no se limita a una discoteca ni a una noche de fiesta.
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