Moby (Madrid, 25-10-2002)
La gente llega pronto para sus costumbres, existe curiosidad por saber cual es el grupo telonero, pesando todavía el escozor en los bolsillos (30,80 €) y rezando que el concierto esté a la altura de semejante desembolso.
Así que, el público entre miedoso e impaciente va a matar el tiempo con los teloneros (para eso están)… pues no, si Moby ha elegido a dedo quien sería su telonero tiene un ojo divino, Röyksopp es un dúo (a veces ayudados por un guitarrista) que hace música electrónica, música si señores, la gente aturdida por el buen rollo que destilan sus canciones empieza a animarse y contonear sus cuerpos al tiempo que sacan la publicidad del grupo, «mmmm, un grupo que está nominado a los Mtv Awards Europeos en varias categorías…» y es cuando suenan «Poor Leno» y «Remind Me», el personal ya se ha sacudido el miedo y entran en calor. De verdad, habrá que prestar atención a esta gente que nos viene de Noruega.
Hipnosis visual
Uno ha visitado La Riviera en más de una y más de dos ocasiones y siempre ha visto lo mismo, un buen grupo apiñado en un escenario pequeñito y con un juego de luces que cambiaban de color y daban un par de vueltas y ya está. Sin embargo, esta vez fue distinto, la luz daba y quitaba protagonismo como si de un narrador se tratara… ¡qué puesta en escena!
Para empezar y tras el griterío porque empezaba el concierto empiezan a sonar los acordes de «18» canción instrumental en la que al tiempo que iban entrando instrumentos hacían aparición como salidos de la nada los integrantes de la corte Moby. Primero el DJ, que sabiamente jugó con las melodías a lo largo y ancho de todo el concierto; luego las 3 violinistas, ahhh que bello momento cuando la luz se hace en su espacio y aparecen con sus rastas y sus movimientos melancólicos; al instante siguiente entra la corista, una negra oronda con una voz hiriente de bella, esa voz negra que tanto gusta a Moby y que vuelve loco al personal, y la chica del bajo, una rubia teñida casi al blanco que se paseó por tooooooodo el escenario. Todo el mundo buscaba al «calvo» en ese momento… ¿donde está, donde?…y, de repente, se corta en seco la melodía de «18» para dar paso al guitarreo fiestero de «Extreme Ways» con el que entraba Moby al escenario corriendo como si le fuera la vida en ello saltando de un lado a otro. Durante el resto del concierto con todo el mundo ya rendido ante la hipnótica presentación se pudo volver a usar los mundanos flashes de luz para ceder protagonismo a cada uno de los componentes del circo de Moby en momentos estelares.
Él
Entró como un vendaval pero sin dejar de mostrar una sonrisa pícara («veréis lo que os espera amigos» debía decirse) que dejó espacio posteriormente a una sonrisa mezcla de gratitud hacia su público, de complicidad, de simple cachondeo ¿por qué no?.
No paró el concierto hasta la quinta canción momento en el que empezó a desnudar su tímida personalidad con chistes (habría que destacar cuando se puso una peluca a lo «actor secundario Bob» y se dispuso a luchar con el Dj por ver quien era más macho de los dos mientras preguntaba al público si le gustaba sus «pielos»), con un esforzado castellano (todo lo que dijo en inglés lo corrigió con sudor y simpatía en un más que aceptable castellano) al tiempo que se disculpaba por ser un «americano ignorante» (que no un «americano emigrante» como dijera algún despistado) y por tener un presidente «estúpido» – en un par de ocasiones recurrió a la crítica a su país metiéndose al público no ya en el bolsillo sino en la caja fuerte y asegurándose de que, aun sin echar la llave, ya nadie saldría de allí.
Chistes, ácida crítica a USA, simpatía, … un derroche de virtudes y todas con una deliciosa capa de espontaneidad. Espontáneo porque, señores, los chistes pueden prepararse, la crítica también, el tracklist -por supuesto-, … pero quien puede preparar que lleguen cuatro mamarrachos disfrazados con unas gafas de pasta gorda y una calva de plástico -cada uno con una de las 4 letras de su nombre- y los haga subir al escenario para reunir a la «familia» poco antes de acabar el concierto… muy grande señores, muy grande.
Se entregó, y con ello conectó con todos los asistentes que agradecían una y otra vez que fuera tan astuto, tan sencillo. Lo primero porque se movía de un lado a otro, pedía a la gente que bailara, que levantara las manos hacia el cielo, se agachó para colarse entre los altavoces y ponerse a 30 centímetros de su público para favorecer la histeria colectiva; y sencillo, porque entre tanta complicidad y tanto chiste podía haber hecho un buen chascarrillo sobre Eminem, pero se nota que este hombre está hecho de otra pasta, es un gentleman y guardo las formas.
Las formas
Eso es lo que perdió todo el mundo, un concierto que a priori -si hubiera tocado a rajatabla todas las canciones de su íntimo «18»- iba a ser más bien relajado y sosegado alcanzó cotas de auténtica fiesta aeróbica, todo el mundo bailando, saltando, gritando, alguno hasta se subió a hombros de algún amigo (lo nunca visto en La Riviera pero con mucho).
Y es que ver a este hombre delgadito corriendo de aquí allá, riendo, tocando los timbales con una soltura y pasión encomiables, colgándose del teclado o marcándose solos de guitarra que harían perder el juicio hasta al más ‘pintao’. Y es que, el tracklist lo permitía, eso y mucho más.
El tracklist
Aquí se me deberá perdonar que no pueda decir ni todas las canciones ni el orden exacto, ni el horno está para bollos ni creo que fuera posible sin haber apuntado en el concierto con la avalancha de fuerza de las canciones que en algunas ocasiones no dejaban ni posible respiro pues terminaba una y comenzaba la siguiente.
No obstante decir que se abrió, como ya se ha dicho, con «18» única instrumental en toda la noche. Que no hizo esperar a la parroquia para escuchar «Porcelain» (fue la 4ª canción o 5ª) a la que seguiría «James Bond Theme».
Lo cierto es que no se explayó en demasía con su último trabajo y algunas de las canciones prefirió hacer remixes para que fueran más cañeras, eso si, respetó la linda «Sleep Alone»; también sonaron «Another Woman», «In This World», no podía faltar «We are all made of Stars», y si no me falla la memoria también tocaron «Jam for the Ladies».
De trabajos anteriores tocó a las ya dichas «Porcelain» y «James Bond Theme», «Find my baby», «Who does my heart feel so bad?», «Bodyrock», el genial «Natural Blues», «Machete», y Go.
Y así se llega al primer y único encore (empiezo a fabular que La Riviera es la causante de que grupo que venga a España grupo que toca como muchísimo un encore y para casa). Aunque es una apreciación del redactor que bien puede ser equívoca (y ya se han encargado de demostrárselo ciertos miembros de la redacción).
El encore, un mundo aparte
La locura desatada a lo largo del concierto ralló el cachondeo entre colegas cuando ni corto ni perezoso Moby decidió que un concierto en condiciones se acaba con : «Blitzkrieg Bop» de los Ramones, para continuar con «una canción de uno de mis grupos favoritos» dijo Moby… instantes después entonaba:
But I’m a creep, I’m a weirdo. What the hell am I doing here? I don’t belong here.
…sí, señores, es Creep de Radiohead ni más ni menos, servidor creyó caer muerto en ese mismo instante… pero no, aun quedaba el broche final la subida al escenario de los mobys falsos y «Feeling so Real» con la que se despidió de todos hasta otra ocasión.
Autor: Jorge García