La historia de este concierto de pre-estreno de la nueva gira de Mishima, en la que presentan su nuevo álbum L’Amor Feliç, empieza en el puente de la purísima de 2011. Por aquellas fechas la banda barcelonesa ponía a la venta por internet las entradas para tres shows en el bar Heliogàbal donde cada año David Carabén y su banda celebran las fiestas junto a sus fans. Lamentablemente, por problemas informáticos, se vendieron más entradas de las que permitía el aforo y muchos de los fans vieron como recibían un mail al poco de adquirir la entrada en que se les comunicaba que su ticket no era válido y por tanto se les retornaría el dinero. La sorpresa fue cuando otro correo informaba que el grupo sentía mucho lo ocurrido y se comprometía a compensarles de algún modo en el futuro. Dicha compensación sería asistir a un pase del nuevo show en directo antes de que se presentase de manera oficial al día siguiente en el Auditori de Girona.
A priori, si les digo la verdad, pensé que esto sería un poco trampa. Esperaba un concierto que fuese algo así como un ensayo con público. Ya saben una hora con las nuevas canciones que el respetable aún no ha hecho suyas y para casa que mañana empieza lo de verdad. Todo lo contrarío. Los responsables de los tres mejores álbumes en catalán de la última década – Trucar a casa, recollir les fotos, pagar la multa, Set tota la vida i Ordre i Aventura- demostraron su profesionalidad y sus ganas de estar sobre el escenario. El set-list fue una mix perfecto de sus últimos cuatro discos –ni rastro de su primera etapa anglosajona- donde además versionaron sus hits más coreados. Empezaron con Tornaràs a tremolar más contundente de lo habitual y ya no levantaron el pie del acelerador. Cayeron desde L’estrany hasta, con intrepertación un tanto cómica incluida, Cert, clar i breu, pasando por Miquel a l’accés 14 o las recién estrenadas La vella ferida o el single L´última ressaca. En total casi 1 hora y tres cuartos sobre las tablas en la que fue un gran noche. En las que la Salamandra rezumo alegría y no faltaron ni los karaokes masivos ni los vítores de Carabén. President. En resumen, grupo contento y público encantado. Así da gusto.
Foto: Xavi Torrent
Un comentario