Mindhunter: primeras impresiones
La nueva serie de David Fincher para Netflix nos devuelve los diálogos inteligentes marca de la casa y sobre una materia que el reputado director conoce de sobra.
El escenario se sitúa en 1977 y los principales protagonistas son un par de agentes del FBI en la monolítica burocracia post-Hoover y los albores de la psicología criminal moderna. Fincher, un productor ejecutivo, también dirigió los dos primeros y los dos últimos episodios. A pesar de la versatilidad del director, es muy recordado por dos ya clásicos que abordan el subgénero de asesinos en serie: Se7en y Zodiac. Mindhunter, se ambienta precisamente 10 años después de los acontecimientos de Zodiac, en 1979, y en lugar del asesino del zodíaco , es David Berkowitz, mejor conocido como el Hijo de Sam, que se cierne sobre la imaginación popular.
El origen de la serie está en el libro Mindhunter: Inside the FBI’s Elite Serial Crime Unit, escrita por John Douglas y Mark Olshaker, una historia de perfiles criminales que le dio la actriz Charlize Theron, ahora su coproductora. La serie, que fue a parar a Netflix- HBO ya tenía su True detective– está protagonizada por Holden Ford (Jonathan Groff), un agente idealista que se obsesiona con la psicología criminal y lo que llama «asesinos de secuencia».
La crítica es, en general, muy favorable a esta nueva serie, ya que aporta una nueva visión- distinta a otras recientes como Dexter, Hannibal o The Fall– aunque hay excepciones. Para USA Today, por ejemplo «aunque las escenas se encadenan un poco casualmente y se graban profusamente, están meticulosamente dirigidas. Groff y McCallany están bien elegidos, y Groff tiene un aire de inocencia e ingenuidad que hace que su personaje, de buen carácter, funcione. Pero en general, la serie carece de nitidez. Los primeros dos episodios se sienten casi deliberadamente incompletos, suplicando que llegue algo más grande». Para Según The Hollywood Reporter «Groff resulta inmediatamente persuasivo como una persona cuyo talento en bruto es tanto un obstáculo como una ventaja, y el toque quirúrgico preciso de Fincher es evidente incluso en pequeños detalles (…) Nunca resulta menos que absorbente. Fincher ha demostrado una y otra vez que puede hacer que las actividades y acciones más mundanas sean fascinantes». Para The Atlantic «El diálogo de Mindhunter también puede ser demasiado rígido y teatral, tal vez porque su showrunner, el dramaturgo Joe Penhall y su escritora, Jennifer Haley, han trabajado predominantemente en el teatro. … El programa es más absorbente cuando pasan el tiempo con monstruos». Para New York Times «es más académica que sensacionalista, por lo menos en los dos primeros episodios que se repartieron para la crítica. Puede que Fincher haya grabado una de las escenas más clásicas de una cabeza en una caja, pero Mindhunter está más interesada en el proceso de meterse en los cerebros que de desangrarlos».