Lula – Zapatos nuevos
Lula es la banda de Patrizia Escoin, quien ya tuviera cierta repercusión con Romeos. La cantante y guitarrista, acompañada por Félix Ribes al bajo y Adela Arrufat a la batería, presenta el debut discográfico de este nuevo proyecto musical bajo el nombre de Zapatos nuevos (Lucinda Records, 2006). Ya el single de adelanto, California, da una muestra bastante certera de lo que podemos encontrar a lo largo de este álbum: pop y power-pop a raudales, con algunas melodías destacables y letras en español, a ratos atrevidas y por momentos deslenguadas. Valga como ejemplo de ese lenguaje Guarra, que si bien se muestra en principio divertida, como broma acaba resultando un tanto falta de mayor sustento.
Tal vez nos encontremos ante un problema con algo de conflicto generacional. Aunque en Perfecta parece criticarse en cierto modo la actitud más bien superficial de la que se hace gala en muchas de las canciones (tomemos Llámame, ¿Cómo estás? o Sayonara), buena parte de las experiencias que éstas relatan suenan a épocas ya pasadas de chicas que empezaban a romper moldes gracias a su actitud desafiante y desvergonzada respecto al sexo, materia que actualmente la gente se toma en general con mayor naturalidad.
Algo de todo eso hay en Henry Miller, la irregular apertura que combina lo mejor y lo peor que nos ofrece Lula, con algún desarrollo notable, pero con momentos un tanto forzados -como las repeticiones de «chico, yo no tengo cobertura»-. En ese sentido se ve ampliamente superada por Hermano, mucho más completa y sutil. O por el último tema, El amante, que es capaz de enfocar de una manera más compleja e interesante las mismas temáticas ya mentadas anteriormente. En cualquier caso, si hay que quedarse con una canción, la candidata mejor situada es Azul instantáneo, que por sonido y contenido representa una fantástica bocanada de aire fresco dentro de un conjunto que adolece de una excesiva uniformidad. Ahí tenemos Estás solo, con una voz y melodía demasiado parecidas al estribillo de California, si bien sonando más redonda y compacta que ésta.
Patrizia Escoin es una enamorada de Blondie y se nota. Pero Lula no es Blondie, y eso también se nota. Lo que no quita que haya que destacar la honestidad como una de las principales características del álbum. Y es que Patrizia suena sincera y defiende perfectamente sus canciones porque las vive. Al final nos queda un álbum bien empastado, a ratos gracioso y casi siempre descarado, pero que a la larga sólo satisfará a los amantes entusiastas del power-pop.