Repasamos la lista de libros más vendidos y alguna de las novedades de esta semana.
Esta semana apenas hay novedades, sólo baile de puestos en la lista de los más vendidos, salvo en bolsillo, donde entra al décimo puesto El topo (debolsillo) de John LeCarré, con motivo de su adaptación al cine.
En cuanto a las novedades, El asesino hipocondríaco (Plaza y Janés 2012) de Juan Jacinto Muñoz Rengel. Para cumplir con éxito su último encargo como asesino a sueldo, M.Y. deberá superar dos graves obstáculos: su galopante hipocondría y su obsesión por los grandes escritores de la historia.
M.Y., temible asesino a sueldo, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten por encargo de un misterioso cliente que se mantiene en la sombra. Pero hay un pequeño problema: el señor M.Y. va a morir ese mismo día. Para ser exactos, el señor M.Y. lleva muriéndose muchos años: le aquejan tantas enfermedades que ha estado a punto de criar malvas desde que nació. Pero como se debe a su trabajo, tratará de olvidar sus afecciones y cumplir con su cometido rápidamente antes de sufrir una apoplejía terminal o una úlcera grangrenosa o un empeoramiento de su Síndrome de Espamo Profesional. Según avanza en su peligrosa misión, los intentos de homicidio se verán frustrados uno tras otro por sus múltiples enfermedades y, como un buen bibliófilo, irá estableciendo paralelismos entre él y los hipocondríaos más ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento (Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière…), de modo que su peripecia se convertirá no sólo en la historia de un crimen, sino en recorrido por los grandes males, físicos, psicológicos e imaginarios, que se aquejaron a los personajes más ilustres de la literatura universal.
«Casi nunca releo la gran literatura, aunque confieso la relectura periódica del Pickwick de Dickens.» [Julio Cortázar]
En 1868 publicaba Galdós su traducción de las Aventuras de Pickwick (Castalia) en el diario La Nación. Se había decidido a hacerla por considerar que Dickens era «el maestro de la novela inglesa»; y quizá Pickwick sea, a su vez, la obra maestra de un escritor excepcional. En ella se narran las aventuras de los miembros de un absurdo club, el Club Pickwick, que debe su nombre a Samuel Pickwick, filántropo-filósofo que prentende estudiar al ser humano. Para ello, junto con sus tres compañeros y su criado, Sam Weller, todos ellos extravagantes personajes, emprende diferentes viajes por Inglaterra, durante los que les sucederán un sinfín de disparatadas aventuras. Una historia disparatada y cómica, a la par que un gran fresco caricaturesco y una vivaz recreación de su tiempo; pero siempre con la mirada crítica, mordaz y, a la vez, tan actual del mejor Dickens, cuando se cumple este año su segundo centenario.
Diario de invierno (Anagrama) de Paul Auster. Paul Auster vuelve la mirada sobre sí mismo y parte de la llegada de las primeras señales de la vejez para rememorar episodios de su vida. Y así, se suceden las historias: un accidente infantil mientras jugaba al béisbol, el descubrimiento del sexo, las masturbaciones adolescentes y la primera experiencia sexual con una prostituta, la rememoración de sus padres, un accidente de coche en el que su mujer resulta herida, una presentación en Arles acompañado por su admirado Jean-Louis Trintignant, la estancia en París, una larga lista comentada de las 21 habitaciones en las que ha vivido a lo largo de su vida hasta llegar a su actual residencia en Park Slope, sus ataques de pánico, los viajes, los paseos, la presencia de la nieve, el paso y la herida del tiempo… En definitiva, un magistral autorretrato.
«Paul Auster ha construido uno de los universos más inconfundibles de la literatura contemporánea… Realmente está en posesión de la varita de un mago» (Michael Dirda, The New York Review of Books).
«Un escritor cuya obra brilla con originalidad e inteligencia» (Don DeLillo).
Las cazas del hombre (Errata naturae) de Grégoire Chamayou.Traducción: María Lomeña Galiano. La caza de los esclavos fugitivos, de los negros, de las brujas, de los indios, de los pobres, de los exiliados, de los judíos, de los sin papeles… La historia de las distintas cazas de hombres es un instrumento imprescindible para la lectura de la larga historia de la violencia ejercida por los opresores. Este tipo de caza no se resume en una técnica de persecución y captura: necesita de la creación de líneas de demarcación entre los seres humanos para saber quién puede ser cazado y quién no. A las presas no se les niega la pertenencia a la especie humana, simplemente no participan del mismo tipo de humanidad. Ahora bien, la relación de caza puede invertirse: cazadores y presas pertenecen a la misma especie y, por tanto, pueden intercambiarse.
La caza del hombre se remonta a tiempos inmemoriales, pero se extiende y se racionaliza con la expansión del capitalismo. En Occidente, vastas cazas de pobres contribuyen a la formación de una masa de trabajadores asalariados y al aumento del poder de la policía, cuyas operaciones de caza se relacionan fundamentalmente con los mecanismos de internamiento. Estas nuevas formas de caza fueron manifestaciones espectaculares de lo que Marx llamó la fase de acumulación originaria del capital. El gran poder de caza, que lanza sus redes a niveles hasta ahora desconocidos en la historia de la humanidad, es el poder del capital.
Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Traductor/es: Enrique de Hériz, NUEVA TRADUCCIÓN ÍNTEGRA Y PRÓLOGO de Enrique de Hériz. Después de ser apresado y convertido en esclavo en África, como consecuencia de un naufragio, Robinson Crusoe llega a una isla deshabitada cerca de la desembocadura del río Orinoco y se enfrenta al reto de crear un nuevo modo de vida, partiendo de cero. Con el tiempo, y tras ver desembarcar en la isla a varios grupos de caníbales, libera al que iba a ser una de las víctimas, Viernes, y encuentra así compañía. Entre los dos, además de ampliar las plantaciones de la isla, consiguen liberar a algunas otras víctimas, entre ellas a varios españoles que también habían naufragado.
Tomando como punto de partida las experiencias reales del marinero español Pedro Serrano (siglo xvi) y la del escocés Alexander Selkirk (s. xviii), Daniel Defoe creó una ambiciosa obra que no es sólo una apasionante novela de aventuras, sino también una obra que se plantea con agudeza diversas cuestiones de carácter social, político y filosófico, que han dado a su vez pie a que se la ponga como ejemplo en las más diversas disciplinas (economía, sociología, ética, etc.).
Hasta ahora, curiosamente, no existía una versión íntegra y fiel a la primera edición de Robinson Crusoe en español, pues al haber desde poco después de su publicación diversas versiones abreviadas y simplificadas de la novela, tradicionalmente se habían tomado éstas como punto de partida para traducirla, incluso cuando tal tarea corría a cargo de alguien tan prestigioso como Julio Cortázar.
Al volver a la versión original aflora mucho más que la célebre novela de aventuras, pues buena parte de lo que solía eliminarse eran las reflexiones y la exposición de ideas que, en el mundo anglosajón, tan productivas fueron y dieron pie a interesantes interpretaciones de intelectuales tan distintos como Joyce, Marx, Por o Coetzee.
El excelente trabajo del prestigioso escritor Enrique de Hériz nos devuelve la integridad de una obra que ha permanecido durante décadas oculta al lector en lengua española.
Las españolas del metro Pompe (Libros del Silencio) de François-Marie Banier. Las mujeres del metro Pompe son esas españolas llegadas a París a finales de los años cincuenta para trabajar como criadas en las casas de la burguesía. Tienen por costumbre reunirse en la boca de la estación, donde Sacha, nacido en una familia de corredores de bolsa, las contempla fascinado y ejerce el papel de confidente. Aún es un niño, pero a sus trece años está convencido de haber encontrado el amor de su vida en la bella y misteriosa Pepita, mayor que él. Se embarca entonces, obsesionado, en las más complicadas astucias para tratar de conquistarla, lo que acabará empujándolos a todos a un impredecible final. Sacha rememorará años después este primer amor, cuyo recuerdo recorrerá su vida para siempre, impregnado de anhelo, poesía y nostalgia.
«Banier posee la intuición novelesca, esa que revela un «tema» al escritor mientras el ciudadano de a pie pasa por su lado sin ver nada.» Le Figaro
«Hablándonos de las criadas, Banier retrata a sus señores, sus simulacros y sus pasiones, el amor, los celos, el dinero. Un espejismo de tristeza atraviesa las páginas. Los buenos libros se escriben a menudo sobre dolores mudos.» L’Express
«Un autor dotado para captar el instante y transmitir toda la potencia de la desdicha.» Revista de Letras
Un comentario