Los libros de la semana
Entre las entradas de la semana en la lista de los libros más vendidos encontramos en ficción Un jardín al norte (Planeta) de Boris Izaguirre y en no ficción Apunta a la luna y llegarás a las estrellas (Espasa) de Leopoldo Fernández Pujals, mientras que en bolsillo entra La I Guerra Mundial contada para escépticos (Booket) de Juan Eslava Galán.
Precisamente el mismo autor acaba de editar en Planeta, y entramos ya en las novedades, La II Guerra Mundial contada para escépticos. Este año se conmemora el 70.º aniversario del final de la segunda guerra mundial, la guerra total de la que todos conocemos los grandes hitos: los turbios inicios del nazismo, la invasión de Polonia, la derrota de Francia, el bombardeo de Pearl Harbor, el Afrika Korps, el holocausto judío, la batalla de Stalingrado, el desembarco de Normandía, la batalla final en Berlín, Hiroshima, Nagasaki… Pero además de todos estos hechos, el lector encontrará en esta obra historias que los libros no acostumbran a tratar, historias de personas: la de los excéntricos que descifraron el código Enigma; la bailarina judía que hizo striptease ante la cámara de gas; el submarinista alemán que hundió su nave al tirar de la cadena en el retrete; el aviador que ayudó a su enemigo herido a encontrar el camino de la base; la posible homosexualidad de Hitler; las astucias de Stalin; las cuatro amantes diarias de Mussolini; las vacilaciones de Franco; Himmler y sus SS buscando el Grial en España; los españoles en el sitio de Leningrado; las orgías en el bunker del Führer; el japonés que sobrevivió a las dos bombas atómicas… o las inverosímiles peripecias del gato del acorazado Bismarck.
Ciencia y creencia. La promesa de la serpiente (Turner) de Steve Jones. Según la Biblia, hace unos cuantos miles de años la serpiente prometió a nuestros padres que, si comían una fruta, serían como dioses, conocedores del bien y del mal. La historia, ya sabemos, acabó en desgracia, pero las ganas de saber y la curiosidad por lo que nos rodea siguen tentándonos. Todavía hoy, abriendo ese libro, uno puede caer en preguntarse… ¿esto del gigante Goliat podría haber sido verdad? ¿Y el diluvio universal? ¿Y las siete plagas? O, ya puestos, ¿qué tomó san Juan antes de escribir el Apocalipsis?
Así, leyendo la Biblia con microscopio, el genetista y biólogo Steve Jones aplica la ciencia moderna a los relatos bíblicos, y el resultado es un libro profundamente esclarecedor, lleno de curiosidades humanas y científicas. Una obra que no enfrenta la ciencia y la creencia, sino que las sitúa como modos distintos de analizar la realidad, el pasado, lo que nos rodea, lo que sabemos y lo que no sabemos.«Siempre es divertido comparar las visiones de las verdades cósmicas en el pasado con nuestra propia idea de la vida y el universo. No puedo imaginar un guía más ingenioso que Steve Jones». The Guardian
El Paraíso perdido (Sexto Piso), la célebre obra maestra de John Milton, es uno de los principales poemas épicos de la literatura universal, en la línea de las dos grandes epopeyas homéricas o la Divina Comedia. Su autor, John Milton (1608-1674), acaso el último de los grandes poetas barrocos ingleses, compuso un largo poema narrativo en doce cantos o libros (los mismos que tenía la Eneida) cuando ya se había quedado ciego, lo que lo emparentaba todavía más con Homero. Como es bien sabido, la obra pone en juego la historia paralela de una doble caída, la de Satán (a quien la ira divina precipitará a los abismos más alejados del Cielo, a las dolientes profundidades sobre las que el ángel caído reinará por toda la eternidad, herido en su orgullo y tramando una venganza sin fin) y la de Adán y Eva (que se verán expulsados del Paraíso terrenal y arrojados a la mortalidad, a un mundo habitado ya por la ruina, la finitud y el pecado). Así, el ángel rebelde provoca la perdición de la nueva criatura (que habrá de llevar siempre en sí esa doble naturaleza, angélica e infernal) y abre un nuevo tablero de juego para su eterna disputa con Dios. La adaptación que realiza Pablo Auladell es impresionante en todos los sentidos: tanto por el pulso narrativo que demuestra al verter en viñetas el largo poema de Milton, como en el apartado puramente gráfico (que sabe articular lo evocador, lo grácil, lo grotesco, todos los tonos celestes e infernales de la obra). Auladell sabe honorar el acierto de Milton a la hora de presentar a un Satán que, aunque caído y maldito, en su orgullo y en su rebeldía, no ha perdido la dignidad.
Besos para los malditos (Siruela) de Danny Miller.Traducido por:Carlos Jiménez Arribas. Durante el largo fin de semana festivo de Pentecostés de 1964 las bandas de mods y rockers se retan en Brighton, al sur de Inglaterra. También llega a la localidad el joven y ambicioso detective Vince Treadwell de la Policía de Londres. Vince ha sido alejado de la capital por sus superiores por obstaculizar el cierre de una investigación, y ha sido enviado a Brighton, su ciudad natal, para ocuparse del macabro hallazgo de un cuerpo decapitado, mutilado y envuelto en una lona que ha aparecido en la playa. Junto con el cadáver se ha encontrado un cuchillo que aún conserva algunas huellas dactilares, y una llamada anónima acusa del asesinato a Jack Regent (antes Jacques Rinieri), un conocido gánster, jefe de la mafia corsa local, que ha desaparecido sin dejar rastro. En medio de esta creciente maraña criminal, Vince se enamora de la novia de Regent, la atractiva y jovencísima Bobbie LaVita, cantante en el club Blue Orchid y único eslabón posible para encontrar al mafioso…La novela trasciende los titulares de la época sobre las míticas peleas entre mods y rockers y se adentra en el submundo de una peligrosa organización criminal, en las redes del narcotráfico de reciente implantación, en la corrupción policial, la pornografía y el lado más oscuro del negocio de la música de los sesenta.
Pista negra (Salamandra) de Antonio Manzini.A consecuencia de un turbio incidente con el hijo de un poderoso político, Rocco Schiavone, subjefe de la policía de Roma, ha sido «desterrado» a una pequeña ciudad del valle de Aosta, en los Alpes italianos. Para un romano sofisticado y amante de la buena vida, no es la mejor noticia. El frío, las botas de nieve y el provincianismo de los autóctonos estimulan la natural tendencia de Rocco a las malas pulgas, así que, visto el panorama, un caso difícil le vendría de maravilla.
La ocasión se presenta cuando aparece un cadáver aplastado bajo las huellas de una máquina pisanieves en una de las estaciones de esquí de la zona. El desafío es importante. A la escasez del material encontrado hay que añadir la ignorancia de Schiavone de las costumbres locales, su desconocimiento del dialecto y la historia del lugar. Nada que amilane, desde luego, a una persona decidida y orgullosa como él. Sin renunciar un ápice a su temperamento meridional, Rocco se abre camino entre pistas, refugios de montaña y teleféricos, interroga a monitores, guías y enigmáticos operarios del valle, y, sobre todo, traba relación con unas cuantas lugareñas guapas dispuestas a ofrecerle una cálida bienvenida.
Perspicaz observador de la naturaleza humana, Antonio Manzini ha combinado una buena dosis de humor inteligente con una pizca de ironía para crear un personaje memorable. Su carácter sarcástico y arrogante, su descarnada sinceridad y su absoluto desenfado hacen de Rocco Schiavone un héroe irresistible, eje central de una serie adictiva que representa lo mejor de la novela negra europea actual.
Una vía para la insubordinación (Alpha Decay).Henri Michaux / Héroes Modernos. Prólogo de Javier Calvo.Traducción de Alex Gibert y Jordi Terré.
El fenómeno poltergeist, entendido como el suceso perturbador que no puede explicarse sin la intervención de un ente sobrenatural —un demonio, un fantasma, a veces incluso un ángel—, está profundamente enraizado en la cultura popular de aquellas civilizaciones que hayan dejado la puerta abierta en algún momento a la superstición. No pertenece a occidente; también se ha documentado en oriente, desde las edades antiguas hasta hoy. La levitación, el trance místico, la misteriosa resurrección de los muertos, los objetos que aparecen en un lugar diferente del que estaban, las casas encantadas: todo son manifestaciones de lo que Henri Michaux define como «una vía directa del psiquismo a las cosas», la «física de la insubordinación y de la horripilación». Escrito en 1980, cuatro años antes su muerte, Una vía para la insubordinación es el último texto importante en el que el autor, reconocido experimentador de todo tipo de alucinógenos, plasmó sus obsesiones con lo esotérico y sus encuentros con lo invisible: en este ensayo, Michaux desmenuza con una prosa escurridiza diversos casos notables de poltergeist acaecidos en diferentes partes del mundo, a lo largo de varios siglos —una santa abofeteada por un ser invisible en una plaza pública, un episodio de piroquinesis, un doppelgänger travieso—, todos ellos unidos por la sensación de perplejidad que dejaron a su paso, la de que aquello nunca pudo haber ocurrido y, sin embargo, ocurrió. El hecho paranormal como acontecimiento memorable, más que terrorífico, que da pie a Michaux a tratar la posesión, a la manera de Thomas de Quincey, como una de las bellas artes.