Uno de los mejores y más desconocidos discos de todos los tiempos.
Si uno echa la vista atrás, el debut homónimo de The Modern Lovers no fue muy destacado entre los mejores discos del año para las publicaciones del momento. Para NME lo mejor fue Dylan (Desire), seguido de Bowie (Station to station) y Dr.Feelgood (Heat Treatment) y lo más novedoso en el top 5 es Graham Parker (Heat Treatment) y, por supuesto, los Ramones. Pero ni rastro de The Modern Lovers en el top 20. Tan sólo The Village Voice hizo una mención (14) entre los 20 mejores discos de 1976.
«I’m in love with rock & roll and I’ll be out all night» dice Jonathan Richman en Roadrunner. Un adolescente obsesionado con la Velvet, anti-hippie – como cantaba en I´m straight– enamorado de chicas que no puede tener, de las radios, los suburbios y la comida rápida, es decir, la belleza en lo cotidiano. Una combinación de simplicidad musical y rock and roll que convierte a The Modern Lovers uno de los discos proto-punk más sorprendentes y la llamada al nacimiento de la conocida new wave, aún más si se piensa que fue grabado en 1973- Roadrunner se escribió en 1970- aunque no se publicó hasta agosto de 2016 .
Todo eso consiguieron Johanthan Richman (voz, guitarra), Jerry Harrison (teclados, más adelante en Talking Heads), Leroy Radcliff (guitarras), Ernie Brooks (bajo), David Robinson (batería) junto a los productores Kim Fowley y, sí, John Cale. El nombre parecía una premonición: The Modern Lovers suena, hoy, cuarenta años más tarde, tan o más moderno que cualquier novedad de 2016.
